Villarruel sufrió una herida cortante en la cabeza al recibir un culatazo, a pesar de no haber ofrecido resistencia al atraco, que terminó cuando fueron liberados en una zona cercana por los asaltantes, que se llevaron la camioneta de la familia.
El hecho se produjo anoche cuando el futbolista y su padre, llamado Luis, arribaban a bordo del vehículo a su casa situada a pocos metros de la intersección de la avenida Eva Perón y Colón, de esa zona del oeste del Gran Buenos Aires.
Mientras el dueño de casa ayudaba a su hijo a bajar el bolso con el que había ido a entrenar al club de Parque Patricios, dos desconocidos que circulaban en un auto de marca Volkswagen estacionaron en las inmediaciones y los abordaron.
Enseguida los asaltantes tomaron de rehenes a padre e hijo en la propia camioneta y se dirigieron a cajeros automáticos, pero los damnificados no pudieron sacar dinero porque no tenían sus respectivas billeteras con las tarjetas.
Fue así que los asaltantes, ante la imposibilidad de recibir dinero importante, liberaron a las víctimas en un cuartel abandonado de la zona de Ciudadela, tras obtener un botín de 200 pesos que tenían encima el futbolista, además de otras pertenencias y la camioneta.
Villarruel, que tiene 22 años y actualmente es el volante central titular del equipo que disputa el Torneo de la Primera B Nacional, comentó que no entiende porque le pegaron si no ofreció resistencia.
“No sé como me golpearon porque nunca me resistí. Les dimos todo lo que teníamos, por suerte la sacamos barata”, explicó en declaraciones a un canal de noticias el joven futbolista, que recibió tres puntos de sutura por la herida recibida en la cabeza.
En tanto, su padre comentó que tuvo la intención de tirarse del auto cuando pasaban por un control policial emplazado en Emilio Castro y General Paz.
“Lo que pasa es que estaba al lado de mi hijo. Si hubiese estado solo me tiraba”, aseguró el hombre.
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