Entrada destacadaLa editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

La editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

"La primera víctima en una guerra es la verdad". Anónimo. En estos días, la tilinguería seudoizquierdoza, ha bramado ante la pu...

domingo, 12 de octubre de 2014

Un año tras las rejas por protestar en Santa Cruz.

PRESOS POLÍTICOS
Santa Cruz
Un año. Ese es el tiempo de encierro que están a punto de cumplir cinco presos políticos, activistas del gremio de trabajadores estatales, en la provincia de Santa Cruz. Cuatro hombres que permanecen detenidos en varias comisarías y una mujer a la que se le concedió prisión domiciliaria debido a una enfermedad, acusados por un incendio que ellos niegan haber producido. Los hechos se sucedieron el 19 de octubre de 2013, mientras se desarrollaban las reuniones paritarias entre los gremios estatales y representantes del gobierno de Daniel Peralta. Luego de la manifestación que acompañaba el reclamo por aumentos salariales, el fuego copó el edificio de la subsecretaría de Planeamiento. La policía culpó y encarceló a varios de los manifestantes. Desde el campo de los trabajadores, denunciaron una zona liberada y el armado de una provocación que culminó con el fuego.(Por Diego Rojas (@zonarojas)

“Nunca imaginé estar preso por reclamar por los salarios – dice a plazademayo.com Diego Reyes, de 31 años, detenido desde el 22 de octubre de 2013 -. Nosotros participamos de la protesta, pero no hicimos el incendio. Es más, cuando el incendio tuvo lugar, yo estaba en otro lado. Tanto es así que fui a trabajar como si fuera cualquier día las jornadas siguientes. Me detuvieron en la oficina donde trabajo”. Reyes cuenta que sufrió agresiones policiales ya detenido. “Apenas me encarcelaron hicieron una requisa. Nos golpearon a todos bruscamente. A mí me partieron el tabique, me cortaron la ceja y me volaron un diente, tuve fisuras en las costillas. El comisario mismo me amenazó con que si hacía la denuncia me llevaban a la celda de castigo”.
“Cuando se produjo el incendio yo estaba en la casa de mi vieja buscando un pescado que íbamos a hacer a la noche con unos amigos – dice Alberto Arteaga, de 27 años -. Yo había estado en la protesta. Estoy afiliado al gremio y estábamos reclamando por aumento de salarios. Nos están castigando por eso. Y por eso es que la causa es tan débil. Dicen que el incendio se produjo entre las cuatro y las seis de la tarde, sin precisión alguna, y es así que me encarcelan a mí sin ningún tipo de prueba. Somos el chivo expiatorio de la política del gobierno, a los que le sale más barato reconstruír un edificio quemado que dar respuesta a los reclamos de los manifestantes”.
“Hay cuatro detenidos en comisarías: Alberto Arteaga, Ernesto Apendino, Juan José Vera, Diego Reyes y Patricia Benítez, que cumple prisión domiciliaria – explica el abogado Enrique Papa -. Se los acusa de estrago doloso agravado y lesiones. Son todos activistas de ATE, algunos incluso eran paritarios. Las penas podrían ir desde los tres a los quince años de prisión. Ellos niegan su culpabilidad. Varias veces planteamos la excarcelación de mis representados. Es más, si se los condenara a la pena mínima de tres años, deberían haber sido liberados a los ocho meses de prisión. Esta es una causa política, buscan chivos expiatorios y han elegido a esta gente”.
El dirigente del Partido Obrero Miguel del Pla explica: “Son presos políticos. Fueron detenidos en una situación de protesta social, en un cuadro de crisis política muy aguda y enfrentamiento entre distintas líneas del poder político. Había sectores que estaban dispuestos a generar hechos de violencia para atribuirlos a los trabajadores”.
-El kirchnerismo no gobierna la provincia, ¿qué clase de operación política se habría buscado?
-No. El kirchnerismo tiene el poder. Salvo el gobernador, las intendencias, la mayoría de la cámara de diputados, el poder judicial y la gran mayoría del aparato estatal está en manos del kirchnerismo. Los jueces que condenan a trabajadores son aquellos que nombró el kirchnerismo. Incluso la jueza López Leston, que detuvo a los trabajadores de ATE, era prima de Néstor Kirchner. La criminalización de la protesta social es una marca del kirchnerismo y en este caso se replica.
Mientras se desarrolla una campaña para exigir la liberación de los presos de ATE, la Camara de Casación anunció la elevación a juicio oral de la causa.

La pista de los penitenciarios.

LA INVESTIGACION POR LA DESAPARICION DE JORGE JULIO LÓPEZ
JJL

Los fiscales Marcelo Molina y Juan Martín Nogueira pidieron que se indague a siete miembros del Servicio Penitenciario Federal, días atrás. Sostienen que cometieron irregularidades que habrían derivado en el desvío de la investigación sobre el destino de López. Como se recordará, Lopez fue un testigo fundamental en el juicio contra Etchecolatz y su patota. Así, la unidad que investiga los crímenes del terrorismo de Estado en La Plata busca retomar la pista de los efectivos del SPF en la causa que investiga la segunda desaparición del militante. (Por Ailín Bullentini/ Página 12)

Tras permanecer seis años desactivada, los fiscales Marcelo Molina y Juan Martín Nogueira solicitaron al juez que subroga el Juzgado Federal Nº 1, Adolfo Gabino Ziulú, que indague a siete funcionarios del SPF por haber cometido irregularidades en sus funciones que habrían derivado en el desvío de la investigación sobre el destino del militante, cuyo paradero se desconoce desde septiembre de 2006. “La conducta desarrollada por los imputados entrañó consecuencias que, en el contexto aquí expuesto, revisten suma gravedad, como es la imposibilidad de desarrollar diversas líneas de investigación verosímiles en la desaparición de Jorge Julio López”, señalaron los fiscales en su pedido.
En los días en los que Julio López volvió a desaparecer –entraba en su etapa final el juicio del que fue testigo fundamental contra los verdugos que lo habían desaparecido y torturado durante la última dictadura cívico militar, entre ellos el ex bonaerense Miguel Etchecolatz–, Diego González, Rubén Medina, Aníbal y Marcelo Cuenca, Héctor Altamirano, Carlos Grassini y Diego Díaz trabajaban en el penal de Marcos Paz. Desde aquel septiembre y hasta 2008 estarían bajo la lupa de la Justicia, enredados en la investigación por el paradero de López. Disfrutaron de la falta de mérito con los que el ex juez Arnaldo Corazza les dio aire hasta la semana pasada, cuando los fiscales Molina y Nogueira decidieron que algo en sus comportamientos como funcionarios públicos no había estado bien por aquellos años.

Los fiscales buscan consultar a estos ex funcionarios del SPF por algunas “diferencias” que detectaron entre los libros de visitas de Marcos Paz y del pabellón donde están alojados los imputados y condenados por delitos de lesa humanidad. “Las discrepancias no sólo son numerosas, sino también de una profunda gravedad. Existe una gran cantidad de inexactitudes entre los registros aportados por el SPF, que van desde simples diferencias en los nombres o número de documento, hasta personas que aparecen ingresando al pabellón sin haber sido registradas al ingreso del penal”, argumentaron Molina y Nogueira en el pedido enviado a Ziulú. Incumplimiento de funcionario público fue la imputación que les dedicaron para requerir sus indagatorias.

Por estas diferencias entre los registros de visitas de 2006, pero además por serias irregularidades en la actuación del SPF respecto de la información que le solicitó la Justicia sobre líneas telefónicas utilizadas por acusados y condenados por violaciones a los derechos humanos, estos y otros funcionarios de la institución fueron investigados. El penal, incluso, fue requisado y allanado en 2007: en su libro Los días sin López, los periodistas Luciana Rosende y Werner Pertot detallan que el juez a cargo, por entonces, de la investigación, Corazza, notificó de la primera medida al Ministerio de Justicia nacional y la información llegó al SPF, mientras que el segundo allanamiento, con previo aviso sólo a la Policía de Seguridad Aeroportuaria –por entonces a cargo de Marcelo Saín–, tomó por sorpresa a Marcos Paz. Los datos obtenidos, sumados a un informe de la Secretaría de Derechos Humanos elaborado en aquel año en el que acusaba a los penitenciarios en la mira de tratar con privilegio a los genocidas permitió encender la alarma: ¿estaban los carceleros queriendo protegerlos de la investigación por la desaparición de López? El entonces fiscal del caso, Sergio Franco, pidió la indagatoria de los penitenciarios, pero la ansiedad duró poco. Corazza durmió la causa un año y, cuando despertó, dictó la falta de mérito y desactivó la línea.

Ahora, la unidad especializada en los delitos del terrorismo de Estado, busca retomarla a partir de una relectura de todo lo actuado: intentan determinar la “posible responsabilidad de fuerzas de seguridad en mecanismos que tienden a impedir el accionar de la Justicia sobre los delitos de lesa humanidad”, destacaron los fiscales.

Hallan extranjeros presos y sin causas judiciales.



LOS IBAN A DEPORTAR
PSA

Funcionarios de la Procuración Penitenciaria de la Nación, recientemente, fueron a las distintas cárceles federales para monitorear las condiciones de detención de los internos. Por lo general, todos los días se presentan por sorpresa, pero ese día se iban a encontrar con algo que nunca habían visto. En los calabozos que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) tiene en Ezeiza, de 1,8 por 1,5 metros y con solo una cama de cemento y rejas del techo al piso, había dos detenidos: uno peruano y otro dominicano. Ambos estaban próximos a ser expulsados del país y, a pesar de que ley de Migraciones dice que se debe informar de inmediato sobre cada detención, en los dos casos, ningún juez había sido notificado de sus situaciones. (Por Nahuel Gallotta/Clarín)

Por el caso del detenido de nacionalidad peruana, desde Procuración llamaron a la Secretaría del Juzgado Nacional de 1° Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal N°8 y desde allí les dijeron que nadie les había informado de la detención. Había llegado el 26 de agosto a la celda. Antes había pasado varios días en una comisaría.


Lo detuvieron cuando tramitaba su DNI
Después declaró que trabajaba vendiendo ropa en Florencia Varela y quería regularizar su situación migratoria y que por eso fue a tramitar su documento. A fines de junio había recuperado su libertad en la Unidad 4 de La Pampa tras haber cumplido dos años de condena por una tentativa de robo simple. Para regresar a su casa hasta le habían facilitado el pasaje a Buenos Aires. Cuando lo detuvieron en Migraciones le dijeron que la expulsión sería en los próximos siete días. Por eso – dijo – “no entendía nada”.


El dominicano caminaba por la Plaza San Martín con un amigo cuando miembros de la Comisaría 15 le pidieron sus documentos. Fue el 21 de agosto. Como no los tenía, lo detuvieron y a los cuatro días fue trasladado a la celda de la PSA. En su declaración, contó que trabajaba como pintor, que se había casado con una argentina en el 2000 y que desde esa fecha había viajado dos veces a su país con la libreta de casamiento y que al regresar nadie se lo impidió. También declaró que un abogado le había cobrado 1.500 dólares para tramitar su DNI y que había desaparecido con su dinero.


Ninguno de los Juzgados en lo Contencioso Administrativo Federales fueron notificados de los dos casos. Tampoco la Defensoría Pública Oficial ni la Comisión del Migrante de la Defensoría General de la Nación. “Si no nos hubiésemos presentado en las dependencias de PSA habrían sido expulsados del país y nadie se enteraba. Lo peor es que ninguno de los dos estaba cometiendo un delito cuando los detuvieron. Estaban a cargo del Poder Ejecutivo sin conocimiento del Poder Judicial. Ni siquiera habían tenido la visita de un defensor oficial para defenderlos y contarles la ilegalidad de la detención y expulsión”, dice Ariel Cejas Meliare, director general de Protección de DD.HH. de la Procuración Penitenciaria de la Nación, que presentó habeas corpus para que se investigara el posible delito de privación ilegítima de la libertad.
“Lo que nos preocupa es la forma”, dijo el Cónsul General de Perú, Embajador Marco Núñez Melgar. “¿Tú crees que si mi compatriota moría en esa celda me iban a avisar? Yo no sé qué habrían hecho con el cuerpo si él moría y nadie estaba enterado de su detención … Y ahora me surge la duda de si ya ha habido otros casos y nunca nos enteramos”.
David tiene 47 años (su nombre no es real) y se comunica con Clarín desde la celda de la PSA. Es el peruano que continúa detenido desde hace 45 días. Cuenta que el último sábado fue liberado el dominicano.
“Yo me presenté en Migraciones. Quería tramitar mi DNI porque quería viajar a Lima a ver a mi familia. Llevé certificado de antecedentes, de domicilio, todo lo que te piden y al rato me dijeron que estaba retenido. No entendía: el secretario del Juez de Ejecución 3 me había dado el certificado diciendo que estaba limpio, y que no había orden de deportación”.
“A nosotros nos resultó extraño. Porque todos los días nos informan de detenciones de peruanos. Nosotros entendemos que quieran expulsar extranjeros que cometen delitos, lo que no compartimos es la forma en que lo estaban haciendo. Esto no se vio nunca en el país, ni en el mundo”, confiesa José Pacheco, cónsul adscrito.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Para que los metropolitanos pierdan el juicio.

JORNADA ANTIRREPRESIVA Y AUDIENCIA


Jornada
El lunes 6, apenas pasadas las 9 de la mañana, empezaron a llegar a Viamonte y Libertad militantes de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y el Encuentro Nacional de Espacios Culturales Autogestivos (ENECA), para instalar la radio abierta que presidiría la jornada antirrepresiva durante la audiencia en la Cámara Criminal en la causa contra los policías metropolitanos que tiraron con balas de plomo en la represión a la Sala Alberdi del 12 de marzo de 2013. Los primeros en llegar confirmaron que, si alguien estaba enterado de la actividad, era la policía federal. Una impresionante valla rodeaba por completo el edificio de Viamonte 1153, cortando todo paso por la vereda, con un igualmente espectacular cordón de uniformados. Apenas si una rendija entre las rejas permitía el acceso de abogados y correos judiciales al edificio, previa exhibición de credenciales y documentos.
Poco después de las 10:00, comenzó a funcionar la radio. Mientras tanto, montamos una prolija muestra de fotos vinculadas con la causa y con la defensa de los espacios públicos y la cultura popular, en una pared lateral de la plaza seca del Teatro Colón. Varios encargados de la custodia del teatro se abalanzaron sobre los compañeros, señalando que estaba prohibido colgar carteles. Después de algunos minutos de tensión, la firmeza de los compañeros espantó a los vigiladores, que se quedaron rumiando bronca a unos metros de distancia.
Desde la radio, se relataron los antecedentes de la causa, con detalle sobre el prontuario de los policías que balearon a los compañeros y el de sus defensores, que casi asusta más que el de los uniformados (ver ¿Quiénes son? en http://correpi.lahaine.org/?p=1317). Luego intervinieron compañeros y compañeras invitados a hablar sobre los conflictos que enfrentan, como Leonardo, representante de un grupo de 10 familias de Constitución en riesgo de desalojo; Luciana, de la asamblea de Sala Alberdi; Diosnel Pérez, del Frente Popular Darío Santillán, a punto de ir a juicio junto al Tano Nardulli acusados de “instigar a la ocupación de tierras” en el Parque Indoamericano y los integrantes de la RNMA que hablaron de la ley antiterrorista. Luego intervinieron compañeros del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), que están resistiendo una toma de tierras en Longchamps y del Movimiento Popular La Dignidad, con similar situación en Glew, y compañeros de la Red Interparques.
Mientras dos artistas del ENECA se apostaban en los semáforos con carteles que explicaban el contenido de la actividad, también hubo espacio para las expresiones artísticas, con un espectáculo de danza y luego la guitarra de Laura, con chacareras y canciones populares.
Cuando terminó la audiencia, pasadas las 13:00, cerraron la actividad los querellantes Esteban Ruffa (AnRed) y Germán de los Santos (DTL!), junto a María del Carmen Verdú (CORREPI).
Contaron que estuvieron presentes los abogados de los policías, Sheila Borzani Papel y Julián Curi del estudio Righi-Montenegro, y Juan Martín Cerolini, y que curiosamente no hubo presencia de la fiscalía, con lo que quedó sólo en manos de nuestra querella la defensa del procesamiento. Los tres reclamaron el sobreseimiento de los policías, aunque ofrecieron como alternativa que se cambie la calificación de homicidio agravado en grado de tentativa a lesiones leves…
Los compañeros mostraron cómo el pez por la boca muere. El Polaco De los Santos recordó el fallido del abogado Cerolini, que se refirió a los policías metropolitanos como “nuestros efectivos”, y Verdú contó que, cuando ella sostuvo ante los jueces que los policías tiraron a matar, sabiendo que usaban proyectiles letales, aunque por fortuna los compañeros sobrevivieran, el abogado Curi replicó “son policías entrenados, cuando quieren matar, matan”. A confesión de parte, relevo de prueba, dicen los abogados…
También en la audiencia quedó en evidencia que la campaña de difusión emprendida por el espacio RNMA-CORREPI-ENECA ha sido un éxito. La abogada Borzani Papel se quejó ante los jueces de que su defendido, Miguel Ledesma, sea señalado como ex integrante de un grupo especial de la PFA, aclarando (como lo consignamos en nuestros materiales) que pertenecía al Grupo especial de Rescate, por lo que lo calificó como “bombero sin agua”. Será un bombero sin agua, agregaron los compañeros, ¡pero con escopeta!.


En pocos días, los jueces de la sala V de la Cámara (que esta vez no se enojaron por la radio abierta, sino que agradecieron que dirigiéramos el sonido hacia la Plaza Lavalle) deberán decidir si confirman el procesamiento, lo modifican o lo revocan. Cualquiera sea su decisión, apoyados en el espacio de coordinación que hemos conformado, la lucha sigue.

Sospecha de asesinato de un joven preso.

RIO NEGRO-UNIDAD 5 DE GENERAL ROCA


Asesinato



(APL)Daniel Casas (22) murió en circunstancias poco claras, luego de que fuera internado en el Hospital Zonal tras una paliza que le propinaron agentes penitenciarios, en la Cárcel de Roca, el pasado sábado. El miércoles, Daniel llamó a su madre Norma Quiroga y le pidió el número de la Procuración Penitenciaria de la Nación para denunciar que tenía lastimado un brazo, la garganta y una costilla rota. Luego se sucedieron versiones de “incendio”, “ahorcamiento”, entre otras. Norma no le pudo dar el número ya que su hijo no la volvió a llamar. En estos momentos, su madre – devastada – vela a hijo a cajón cerrado, no le permiten ver el cuerpo y el Servicio Penitenciario le niega el dinero para el sepelio. Se sospecha que el joven fue asesinado para evitar las denuncias que pensaba formular. Habla la abogada Roxana Genovés.

Por su parte, Roxana Genovés, abogada del servicio público de la Facultad de Derecho y de la Apdh, y letrada de confianza de la familia, quien tuvo acceso al legajo de Ejecución, dijo a esta Agencia que: “el chico alertó sobre su propia muerte a la madre tres días antes de su internación y fallecimiento. Mientras que la jefa de Asistencia Social de la Unidad 5, Fabiana Fernández, informó a Norma el viernes que a su hijo le darían de alta, que solo falta una evaluación psicológica. Y el sábado llamó a mi celular comunicándome la muerte. Yo descarto la hipótesis del suicidio, le faltaba un año para la libertad, tenía proyectos y nadie lo vio deprimido. Hoy nos preguntamos, ¿cuál es la razón por la que fue internado?, ¿cuál es la causa de su muerte cuando ya tenía el alta médico? Todo esto es muy dudoso, el joven estaba bajo custodia y esa muerte debió ser evitada”.

SI TOCAN A UNO, TOCAN A TODOS



Los abajo firmantes repudiamos firmemente los hechos de amenazas e intentos de amedrentamiento a compañeros de Correpi que vienen sosteniendo la lucha contra la represión policial. Si tocan a uno, nos tocan a todos. A raíz del avance en la lucha contra la represión de la policía en los barrios, compañeros de CORREPI han recibido amenazas telefónicas, en dos casos, y hechos de violencia en su domicilio, en otro. Las tres situaciones están ligadas a la posibilidad concreta de condenar a policías que asesinaron con el gatillo fácil a los familiares de nuestros compañeros.
Firmas solidarias con Correpi: correpi@fibertel.com.ar

lunes, 6 de octubre de 2014

La abuela que no pudo parar la rueca de la historia.

COMPAÑERA MARY PRESENTE



(AW) Murió la abuela de Walter Bulacio. Consagrada a la militancia compulsiva y luego de cuerpo y alma hasta su último suspiro. Una abuela sin su nieto. Una abuela, como dice este bello recuerdo que nos ofrece Correpi (coordinadora contra la represión policial e institucional) "....que consagró los últimos veinte años de su vida a darle sentido a la vida de una generación"
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 Transcribimos.
 Por Correpi.

"La gente se muere". Es una verdad de perogrullo. Se mueren y listo, la rueca de la historia no para, la vida sigue.
Pero ¿qué pasa cuando se muere una luchadora?
¿Qué pasa cuando se muere una viejita que consagró los últimos veinte años de su vida a darle sentido a la vida de una generación?
Hay un momento en que se para todo. En que uno se pone al costado y mira para atrás y necesariamente reencuentra esas tardes de marchas multitudinarias detrás de una bandera emblemática: YO SABIA QUE A BULACIO LO MATO LA POLICIA .
Y sigue viendo esa cara chiquita, extremadamente humilde y sufrida, detrás de esos anteojos que le sirvieron para conocer las atrocidades de un sistema aniquilador y desquiciado que se comió primero a su entrañable Walter y después pretendió comerse a su sencilla consecuencia.
La última vez que se paró detrás de aquella bandera agradeció, lejos de los estrados dónde huele a detritus legislado y de las moquets de los despachos oficiales dónde se respira hipocresías.
Agradeció en la calle.
A los miles de pibes que aún sin conocer a Walter, se sabían un poco él, a cada uno agradeció.
No por los decretos ni las sentencias que llegan mal y tarde. No por las caras y los discursos oportunistas, esos de circunstancias que se disparan delante de una cruz y a un costado de una prolija bandera.
Agradeció por las zapatillas gastadas contra los adoquines cuando el vértigo de la época ordenaba caminar con zapatos y por la vereda.
Agradeció por las gargantas saturadas de exigencias, cuando el silencio domesticaba las bocas de los cagones.
Agradeció por más de un chichón o una flor de goma estampada por no admitir quedarse en casa asistiendo al triste espectáculo de ver pasar la vida antes que protagonizarla.
Agradeció por no dejar morir a su nieto.
¿Si supo bien qué fue lo que pasó hace justo un año? Poco importa.
Ella supo lo más importante, lo que pasó desde aquél Abril de hace más de 22 años.
Supo del dolor inmenso, de la indignación inacabable, de la desmesura del crímen que serpentea en las entrañas del estado.
Y supo que los criminales de uniforme son cobardes que especulan, que se arrastran por los pasillos como perros asustados, que se van a morir y sus huesos no servirán ni para abono.
Pero supo también de la voluntad inquebrantable, de la amorosa obstinación y la imprescindible perseverancia, de la prepotencia de la lucha organizada, de no aflojar, de seguir, de vivir en serio.
La gente se muere, es una verdad de perogrullo.
Quien lucha, no.
Compañera Mary, abuela querida... PRESENTE!
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Por Correpi.
Abuela de todos

Compañera Mary, ¡presente!
“Yo aprendí a luchar cuando la policía mató a Walter”, decía Mary cuando le preguntaban de dónde sacaba la fuerza. Tenía 62 años cuando su nieto de 17 fue asesinado por la policía. A partir de entonces, su cara humilde y sufrida, detrás de esos anteojos que le sirvieron para conocer las atrocidades de un sistema aniquilador y desquiciado, se convirtió en el ícono de la lucha antirrepresiva. Hoy, a los 85, su cuerpo dijo basta.
Por 23 años, sin flaquear jamás, levantó la bandera de Walter y encabezó movilizaciones, escraches y marchas. Con su escaso metro cuarenta, se plantaba frente a las vallas, frente a las comisarías y los juzgados, y su estatura era inmensa cuando acusaba con su voz tan finita como firme. Ella sabía que a Walter lo mató la policía, y lo gritó por más de dos décadas.
Mary era una mujer del pueblo. Una trabajadora –trabajó en relación de dependencia hasta bien pasados los 70-, que comprendía muy bien por qué y para quién reprime la policía. Y se lo decía a los pibes que en cada marcha la saludaban con una sola palabra repetida: “...Abuela, abuela...”.
Siempre estuvo primera detrás de la bandera, y siempre lejos de los estrados y los despachos oficiales que respiran hipocresía. Confiaba sólo en la calle, en el barrio, en los pibes, en sus compañeros y compañeras de militancia.
Siempre se preocupó por agradecer. En cada marcha, agradecía en la calle, a los miles de pibes que no conocían a Walter pero venían. Agradecía por las zapatillas gastadas contra los adoquines, cuando la lógica ordenaba caminar con zapatos y por la vereda. Agradecía las gargantas saturadas de exigencias, cuando el silencio domesticaba las bocas. Agradecía por no dejar morir a su nieto. Y contaba a quien la quisiera escuchar que veía a Walter en cada pibe, y al comisario Espósito en cada policía.index
Mary supo del dolor inmenso, de la indignación inacabable, de la desmesura del crimen que serpentea en las entrañas del estado. Supo que los criminales de uniforme son cobardes que especulan, que se arrastran por los pasillos como perros asustados, que se van a morir y sus huesos no servirán ni para abono.
Pero supo también de la voluntad inquebrantable, de la amorosa obstinación y la imprescindible perseverancia, de la prepotencia de la lucha organizada, de no aflojar, de seguir, de vivir en serio.
Mary Bulacio –María Ramona Armas de Bulacio, según su documento- supo de la dignidad y fue ejemplo de lucha para varias generaciones.
Hace muchos años que el cuerpo le aflojaba, pero se enojaba con nuestros cuidados (“No soy una vieja para ir en silla de ruedas, yo voy a caminar hasta Plaza de Mayo”, nos reprochó cuando quisimos evitarle la caminata). Y nos insistía: “Yo voy a seguir marchando hasta que condenen al comisario, o hasta que Tamarita pueda seguir sola”.
El año pasado, desde la cama, siguió la transmisión en vivo del juicio, y supo que había que seguir en la calle, marchando, organizándose. Tamara, hermana menor de Walter, ya ocupa su propio lugar en CORREPI. Mary puede descansar.
La gente se muere, es una verdad de perogrullo. Los que luchan, no se mueren.

Compañera Mary, abuela querida... ¡PRESENTE!

Río Negro: persecución, torturas y abuso de poder

Comunicado de la Comision Provincial de la Memoria.


La CPM, junto a los mecanismos de prevención de la tortura y organizaciones afines de diversas provincias (Chaco, Mendoza, Salta, Río Negro, Misiones, Corrientes y Neuquén y Buenos Aires), repudia el accionar de las fuerzas de seguridad de Río Negro. En el último tiempo se sucedieron dos graves hechos contra integrantes de los mecanismos de prevención de la tortura locales, tanto en comisarías como en unidades penitenciarias.

1 torturas


Alejandro Simón Jaramillo, miembro del Observatorio de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Rio Negro y colaborador del mecanismo local, fue víctima de actos de tortura y de privación ilegal de la libertad por parte de agentes de la Comisaria 32º del Barrio La Paz de Cipolletti. Por otro lado, funcionarios del Comité contra la Tortura de la provincia de Río Negro fueron rociados con gas pimienta mientras se encontraban entrevistando a detenidos que habían sido reprimidas el día anterior.
La CPM y los organismos mencionados solicitan a los poderes Ejecutivo y Judicial correspondientes que se arbitren las acciones necesarias a fin de investigar estos graves hechos y se determinen las responsabilidades de sus autores.
Al mismo tiempo, repudian los malos tratos que ejerció el oficial que golpeó y detuvo a Jaramillo contra un joven menor de edad a quien el agente le advirtió “esto es por andar caminando por los derechos humanos”, en clara alusión a Jaramillo.
Los hechos
El 24 de agosto de 2014, cuando Jaramillo trataba de impedir que la policía se llevara a un niño menor de edad, fue brutalmente agredido por varios agentes que lo golpearon y lo tomaron del cuello mientras lo subían a una camioneta, donde sufrió un desmayo por la fuerte presión sobre su cuello. Así lo trasladaron a la comisaría 32ª donde le pegaron en los pies y lo arrojaron contra la pared repetidas veces estando esposado. Luego lo ingresaron al calabozo y no informaron de su detención a ninguna autoridad judicial. El médico policial que lo revisó no registró sus lesiones, que fueron posteriormente certificadas en el hospital de Cipolletti. Además, la policía le inició acciones por atentado y resistencia a la autoridad.
Días después, el mismo oficial que inició los golpes, maltrató brutalmente a uno de los niños que el Jaramillo intento proteger, al tiempo que le decía “esto es por andar caminando por los derechos humanos”.
De estos hechos de tortura se realizó la correspondiente denuncia penal el 25 de agosto ante la Unidad Fiscal de Atención Primaria (UFAP) de la Cuarta Circunscripción Judicial, Fiscalía Nº 4 de Cipolletti, la que tramita en autos “JARAMILLO ALEJANDRO C/POLICIA DE RIO NEGRO/DENUNCIA”, Expte. Nº 4CI-19180-MP2014.
Maltrato, gas pimienta y balas de goma en la cárcel de Río Negro
Funcionarios del Comité contra la Tortura de la provincia de Río Negro fueron rociados con gas pimienta el pasado 16 de septiembre, mientras se encontraban entrevistando a detenidos que habían sido reprimidos el día anterior. Durante la entrevista, comenzaron a percibir un fuerte olor a gas pimienta y molestias para respirar, picazón en la nariz y en la garganta, tos, irritación en los ojos.
Las personas allí alojadas denunciaron que era la tercera vez que eso sucedía desde su permanencia en el pabellón 10. Durante la inspección también se constató que en ocasiones el Servicio Penitenciario suspendía el suministro de agua por el día entero.
Durante la intervención del Comité uno de los penitenciaros manifestó: “¿dónde están nuestros derechos humanos?” y luego agregó que “es injusto que hoy vengan a defender a estos y a nosotros no”, refiriéndose por “éstos” a los internos del penal.
El organismo repudió enérgicamente estos hechos e instó a los tres poderes del estado provincial de Río Negro a que “actúen con la celeridad y rigurosidad que el caso amerita a fin de hacer cesar estos actos de tortura, intimidación y persecución a funcionarios defensores de los derechos humanos y a las personas más vulneradas de la comunidad”.
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viernes, 3 de octubre de 2014

"Estamos presos por reclamar aumento salarial".

COMPAS DE ATE-SANTA CRUZ


  • Santa Cruz


Cinco trabajadores estatales de Río Gallegos, activistas y afiliados de ATE, están presos en calabozos de Santa Cruz. Son Alberto Arteaga, Ernesto Apendino, Juan José Vera, Diego Reyes y Patricia Benítez. Hay que considerarlos cinco presos políticos que sin condena y sin prueba en su contra, están encerrados hace poco menos de un año. Se encontraban reclamando por mejores condiciones de trabajo y por un salario acorde a la canasta familiar, y les armaron una causa para acusarlos de incendiar un edificio. Ni una prueba sustenta esta acusación, y lo testigos son policías y personas que no estaban en el lugar de los hechos. El lector podrá acceder al final de este artículo a cuatro testimonios exclusivos en video, la palabra de los detenidos desde su cárcel, registrados por Alfonso Lobos y Paula Nauto, miembros de la Comisión por la libertad de los presos de ATE (CTA). Y que desde La Izquierda Diario consideramos necesario dar amplia difusión. (Fuente: La izquierda diario)

Los trabajadores de ATE están presos en la Alcaldía y en la Comisaría Quinta de Río Gallegos. Sólo Patricia Benítez tiene prisión domiciliaria por razones de salud. Así funciona la (in)justicia en esta provincia que tiene actualmente más de 600 procesados por luchar y cinco trabajadores petroleros condenados a perpetua también por una causa fraguada, armada en base a declaraciones sacadas bajo tortura. La provincia de los Kirchner no se caracteriza precisamente por respetar el derecho a la protesta ni las garantías democráticas elementales.


Tres veces negaron la excarcelación
La jueza que ordenó detenerlos y los procesó por estrago doloso, daño agravado y lesiones leves agravadas reiteradas, es María López Lestón, prima de ex presidente Kirchner. Es quien llevó adelante la investigación, plagada de elementos de parcialidad e irregularidades. En la misma línea de criminalizar a los que luchan, la Cámara en lo Criminal, rechazó tres veces los pedidos de excarcelación aduciendo peligro de fuga y peligrosidad. Otra muestra de para quién juega la justicia, ya que los trabajadores se habían presentado en la primera oportunidad a declarar de manera espontánea.


Apremios ilegales en prisión

Diego Reyes está preso en la Comisaría Quinta de Gallegos y fue víctimas de apremios ilegales, el primero de ellos ni bien fue detenido, cuando en una refriega bastante confusa, con la intensión de lastimarlo sufrió lesiones, principalmente en el tabique. Tiempo después, en pleno invierno, durante el mes de julio, fue sacado al patio de la Comisaría casi sin ropa, después lo alojaron en la Alcaidía, sin calefacción, y luego vuelto a llevar a la Comisaría, sin ninguna razón ni explicación.
El informe sobre cárceles publicado en Página/12 el lunes 29, da cuenta de que “el 42 por ciento de los entrevistados (para el informe) sostuvo que fue golpeado o se utilizó la fuerza física para obligarlo a declarar o a cambiar su declaración” . El caso de Diego Reyes en Santa Cruz hace honor a esta aberrante situación, con el agravante de que estamos frente a un caso en el que la prisión y los apremios son una forma de aleccionar y atemorizar al conjunto de los trabajadores que luchan por sus derechos y reivindicaciones.


Campaña por la libertad
La Comisión por la Libertad de los Presos de ATE junto a la CTA (Santa Cruz), acompañados por organismos de derechos humanos nucleados en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia dieron impulso a una campaña nacional para que los trabajadores sean liberados de inmediato.
Norma Apendino, madre de Ernesto, y Alfonso Lobos, secretario de Prensa de ATE Santa Cruz estuvieron en Buenos Aires impulsando la campaña, y también estuvieron en la sede se La Izquierda Diario donde fueron entrevistados hace unos días.
Con estos videos que publicamos en esta edición de La Izquierda Diario queremos aportar a esta campaña. Que miles los vean y escuchen la voz de los que hoy están siendo perseguidos y encarcelados por luchar. No están solos.


Fuente: La izquierda Diario

jueves, 2 de octubre de 2014

CARMEN ROSALES,

4270-8590 ANTE TODO EL TELEFONO DE LA MIERDA QUE ESTA EN LA FOTO!!!! LEAN POR FAVOR!!!!!
ESTA LACRA QUE COMO MUJER DA ASCO APALEO AL PERRITO SE LO DIO A UN CARRERO PARA QUE LO TIRE EN LA CALLE......FUE RESCATADO PERO MURIO A CAUSA DE LOS GOLPES RECIBIDOS.....POR MI PARTE TIENE TOTAL ASCOOOOOO REPUDIO!!!!!!!! COPIO!!!!!LA CONDENA SOCIAL EXISTE PARA ESTE ENGENDRO!!!!!
Perdón por tanta maldad
BERNAL OESTE, BUENOS AIRES; ARG. 
REPUDIO TOTAL Y ABSOLUTO !
CARMEN ROSALES, PAGÓ A UN CARRERO PARA QUE TIRASE A SU PERRITO EN MEDIO DE LA AVENIDA.
SE LO ENCONTRÓ CON EL HOCICO ATADO, Y TODO GOLPEADO.
QEPD.
Milady Bea
MAXIMA DIFUSION X FAVOR. ESTA ASESINA NO PUEDE VIVIR EN PAZ.. LA DUEÑA DEL PERRO SE LLAMA CARMEN ROSALES Y MIRTA ROSALES ..
VIVE EN CALLE 199 NUMERO 841.
SU TEL ES 4270-8590 ARGENINA (BS. aS) BERNAL OESTEE..
EL PERRI SE MURIO SEGUN LOS VETERIANRIOS FUE X GOLPES... LEAN LA PUBLICACION PARA MAS INFO..
https://www.facebook.com/lauritagaleano ESTA CHICA FUE QUIEN LO RESCATO.. HIZO LO QUE PUDO IGUAL NO SE SALVO.

"Casuales" llamados y robos: No nos van a asustar.

 
 
  
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Boletín informativo nº 732, 1º de octubre de 2014
 



Sumario:

 "Casuales" llamados y robos: No nos van a asustar.
Hace unos días, en horas de la tarde, un grupo de militantes de CORREPI salió de una reunión con familiares de Hugo Arce y Carlos Vázquez, dos pibes fusilados en Avellaneda por el policía federal Sergio Bovadilla el 4 de septiembre de 2011. Apenas unos minutos después, uno de ellos recibió una llamada en su teléfono celular. Una voz masculina, antes de cortar, se identificó en forma amenazadora como "el hermano del policía que vos sabés".
“Casualmente”, después de tres años de dar pelea en la calle y en el Polo Judicial de Avellaneda, en los mismos días obtuvimos los primeros elementos de peso para avanzar hacia el castigo para el asesino: una demorada pericia multidisciplinaria demostró que no hubo en el lugar del hecho más disparos que los realizados por el policía Bovadilla, todos desde adentro de su auto. Se cayó la historia del "tiroteo" que viene amparando al federal.
Unos días más tarde, unos individuos irrumpieron en el domicilio de dos militantes de CORREPI en Moreno, robaron algunas cosas y apalearon a uno de ellos, mientras gritaban cosas sobre "el juicio".
“Casualmente”, también, en Moreno estamos impulsando la búsqueda del policía federal Néstor Adrián González, prófugo tras la condena por el homicidio de Sergio "Checho" Casal, y acabamos de obtener la demoradísima prisión del bonaerense, ex Grupo Halcón, Oscar Ayunta, condenado por el homicidio de Christopher Torres.
Como último episodio “casual”, en zona norte, donde un equipo de CORREPI viene desarrollándose en los últimos tiempos, e interviniendo en los conflictos, un caracterizado compañero empezó a recibir llamados que se cortaban al atender. Cuando devolvió el llamado, le dijeron: “Policía bonaerense, buenas noches...”.
No nos llama la atención que seamos blanco del apriete o la amenaza. Ha pasado, y seguirá pasando, porque así funciona el aparato represivo del estado.
Lo que no va a suceder, en cambio, es que logren su objetivo de asustarnos. Cada uno de estos episodios, que no minimizamos, y frente a los cuales tomamos todas las precauciones necesarias, fortalece nuestra convicción de por qué y cómo nos organizamos contra la represión estatal.

 Un cuento de terror para niños: gatillos, violaciones y torturas policiales, seguidas de impunidad judicial.
Como siempre, la policía sigue matando pibes en los barrios y la justicia les brinda todas las herramientas necesarias para garantizar su impunidad.En apenas unas semanas, hubo por lo menos tres niños-adolescentes asesinados, en medio de un tiroteo, por armas policiales y al menos un fusilado por la espalda, desarmado y muerto de un tiro en la nuca, sin contar con el caso de una niña de 13 años violada en la comisaría y suicidada en un orfanato.
A fines de agosto, como ya escribimos en un boletín anterior, fue asesinada Sabrina Olmos, de 15 años, en una escuela en Morón, tras un tiroteo frente al colegio en el que estaba. Finalmente las pericias confirmaron que el arma asesina es de un policía.
El domingo 21 de este mes, sucedió lo mismo con un niño de 7 años, asesinado por policías que se tiraron entre ellos en Colonia Segovia, Mendoza. A raíz del tiroteo, en plena calle, falleció una de las policías involucradas y su hijo.
Del mismo modo, Franco Torres, otro niño de 13 años, fue asesinado por una banda de ladrones-policías el jueves 25 de este mes en Rafael Castillo. Cuatro hombres armados robaron una aseguradora, sin saber que el dueño, Juan Carlos Irazábal, era un ex policía que reconoció a uno de ellos y notó tenían un handy con frecuencia policial. Irazábal salió en su auto tras los ladrones. Éstos aparentemente confundieron el auto de Irazábal con otro de la misma marca y modelo, en que Franco y su padre iban al club a jugar al fútbol. El nene recibió un disparo mortal. La familia y los amigos del chico asesinado escracharon la comisaría que investiga el caso a pedradas y prendieron fuego dos patrulleros, exigiendo justicia por la muerte de Franco a manos de estos verdugos.
Es que, ante tanta violencia y tanta impunidad, cuando ya nada puede devolver a la vida a Franco, es absurdo pretender que toda una comunidad dolida que se quede tranquila, esperando simplemente que la justicia actúe, cuando es sabido que a los únicos que jueces y fiscales investigan y condenan es a los pobres, y que, cuando el delincuente tiene chapa de policía o de funcionario, hacen todo lo posible para cubrirlo.
De hecho, cabe aclarar que el testigo/damnificado es un viejo conocido. Juan Carlos Irazábal era oficial de la policía federal cuando, en julio de 1997, salió con su compañero Héctor Gerónimo Di Siervi a buscar a dos pibes que habían intentado asaltar a una pareja. Bajo un árbol, vieron unos pibes con gorritas de visera, y concluyeron que eran ellos. Dispararon y e hirieron de muerte a Elio Gabriel Salas, de 16 años. Cuando se acercaron, el pibe, agonizante, les dijo que llamaran a su papá. que era policía. Irazábal y Di Siervi fueron escandalosamente absueltos en un primer juicio luego anulado, y condenados a 9 años de prisión el año pasado, pero un recurso ante la Corte hizo la magia habitual y ambos policías siguen en libertad.
Ese mismo 25 de septiembre, pero en Río Negro, Pablo Alejandro Vera, de 23 años, fue fusilado cuando daba la espalda a su asesino, un policía administrativo que estaba de licencia y que está por retirarse de la fuerza, que le pegó un tiro en la nuca.
Un día antes, fue hallada muerta la niña Micaela Romero, de 13 años, en Corrientes. La chica se había fugado de su casa, ante lo cual su madre recurrió a la comisaría del menor, la mujer y asuntos juveniles. La policía la encontró y, por disposición de la jueza Irma Domínguez, la encerraron en la comisaría en calidad de detenida, donde fue violada y abusada sexualmente por varios policías. Ante esta situación, la jueza, en lo que es una muestra de impunidad y de cómo la policía y la justicia se manejan para cubrirse entre sí, envió a Micaela a un hogar de niños, donde fue encerrada en una habitación, donde la encontraron ahorcada a la mañana siguiente.
Por último, en esa misma semana el Tribunal Superior de Justicia en Neuquén redujo la condena lograda al policía Claudio Salas por homicidio calificado (por ser policía y estar en uso de sus funciones), por el asesinato de Brian Hernández, a homicidio simple. El argumento ni siquiera fue obra de su propia defensa, sino de los vocales Kohon y Cancela, en otra muestra de cómo la justicia está siempre al servicio de las fuerzas policiales, la fuerza armada del estado.
Es el estado, justamente, el que, más allá de quien gobierne, le asigna ese rol represor y disciplinador a la policía, y a la vez pone a su disposición todo el aparato judicial para que la maquinaria completa nunca deje de funcionar, para que se mantenga la impunidad y sigan muriendo pibes en las peores condiciones de crueldad, sin que los asesinos y los violadores paguen por esas vidas arrancadas, por esas personas torturadas y abusadas. Y los medios de comunicación, por supuesto, siempre avalando la versión de la policía y de la justicia.
Por eso es que no confiamos en el estado y creemos que, aunque demos la pelea con las herramientas legales que están a nuestro alcance, la lucha fundamental se da en la calle, con la organización de las familias, los amigos y los vecinos.

 Mar del Plata: Justicia barata y represión.
La base naval de Mar del Plata fue uno de los lugares, además de su propio hogar, donde Marcelo Girat, suboficial de la Armada y encargado de contrainteligencia de la base, violó y aterrorizó sistemáticamente a su hija Rocío, de 13 años cuando empezó el abuso sexual, pero sometida a golpes y otros tormentos desde que tiene memoria. "Desde los 3 años, si yo hacía algo que a él no le gustaba me metía la cabeza en el agua", denunció Rocío, hoy de 20 años, cuando inició la causa contra su padre. Otra vez, ya más grande, como castigo porque había huido de la casa para ponerse a salvo, la ató a una silla y le quemó el muslo con una cuchara calentada en la hornalla.
La presunción de inocencia establecida legalmente funcionó como garantía real para el violador, torturador y abusador, que, a diferencia de las decenas de miles de presos sin condena hacinados en las cárceles de mala muerte, permaneció libre todo el proceso. Como los policías, como los empresarios, como los funcionarios, para ellos sí hay reglas de juego "humanitarias y garantistas".
Se hizo el juicio y los jueces lo condenaron a principios de septiembre por abuso sexual agravado y continuado, pero no dictaron la pena. Cuando salía del Tribunal nº 3 de Mar del Plata, custodiado por policías que lo protegían del escrache de familiares, amigos y militantes que se manifestaban en la puerta, miró a su mujer y su hija y les gritó: "las voy a cagar matando". La amenaza en público obligó a los jueces a rever la situación, y ordenaron su detención en la cárcel de Batán. Pero un recurso de su defensora ante la Cámara de Apelaciones rápidamente volvió las cosas a su lugar, y el marino regresó a su casa. El fiscal ni siquiera pidió que se revocara el beneficio, sólo sugirió que usara una pulsera electrónica.
Así, cuando la semana pasada se dictó la condena a 14 años de prisión, el torturador y violador de uniforme tenía ya garantizado no ir preso.
Para cerrar el círculo, quienes sí recibieron el embate del aparato represor del estado con toda su fuerza, fueron los compañeros que, al conocer el escandaloso resultado, protestaron frente al edificio de los tribunales, y fueron dispersados con gases y balas de goma. De un lado, justicia barata y de clase, y del otro, represión.

 El "mérito" del Proyecto X
Después de casi tres años de lentísimo trámite, el juez federal Sebastián Casanello decidió indagar, a mediados del mes pasado, a dos gendarmes en la causa por el "Proyecto X".
Elizabeth Mariana Calisaya y Raúl Ernesto Scheurman, seleccionados para el simulacro de "avance procesal", naturalmente no son la ministra de Seguridad ni el Jefe de Gendarmería, sino apenas dos soldados que, en el terreno, llevaron adelante la tarea de infiltrarse, filmar, grabar y fotografiar movilizaciones de trabajadores, para así acopiar y analizar la información, luego generosamente brindada a jueces y fiscales necesitados de "letra" para criminalizar luchadores.
Así se iniciaron y prosperaron varias causas contra referentes sindicales antiburocráticos de Kraft, Paty o el Frigorífico Rioplatense, por ejemplo, que luego los jueces debieron cerrar ante la evidencia de que las "pruebas" valoradas para procesar habían sido obtenidas a través de las tareas de inteligencia, el seguimiento, la infiltración y el espionaje.
Desde que se presentó, allá por noviembre de 2011, la denuncia, y luego se constituyeron como querellantes numerosos integrantes de las comisiones internas víctimas del protocolo espía, fiscales y jueces pusieron todo su esfuerzo en tergiversar el objeto de la investigación, lo que lograron con sólo agregar las palabritas mágicas: "abusos y excesos".
En la querella de los compañeros del Frigorífico Rioplatense, por ejemplo, éstos manifestaron que se consideraban damnificados por "las tareas de infiltración, vigilancia y seguimiento, llevadas a cabo por personal de Gendarmería Nacional y otras fuerzas federales, que, siguiendo órdenes del ministerio de Seguridad del Gobierno Nacional, sistematiza los datos así obtenidos sobre organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, sindicales y de derechos humanos, los que luego son utilizados para proveer basamento a imputaciones penales, como es el caso específico de las dos causas en nuestra contra".
Esa acusación, en la pluma del Fiscal, se convirtió en: "investigar si agentes de Gendarmería Nacional, de modo institucionalizado y en las circunstancias de modo, tiempo y lugar que se detallarán más adelante, han desplegado en forma ilegal actividades de inteligencia interior en desmedro de lo normado por la leyes de 24.049 y 25.520", para finalmente convertirse, en boca del juez, en averiguar si "los gendarmes produjeron inteligencia prohibida en los términos de la ley 25.520 (...) y, si actuaron discrecionalmente por fuera de las órdenes de quienes dirigen el proceso penal -jueces y fiscales".
Nada más lógico, tras esas definiciones judiciales, que el dictado de la falta de mérito que benefició por estos días a los gendarmes indagados, pues si hay algo que está más que probado, es que ni uno ni otra decidieron por su cuenta hacer lo que hicieron, sino que cumplieron a pie juntillas el protocolo oficial de espionaje sobre la militancia, de más de una década de vigencia.
Por eso insiste el juez Casanello en varios pasajes de su resolutorio con la misma idea: "...la hipótesis delictiva que aquí se baraja -y se busca comprobar o desechar- es si los gendarmes realizaron tareas de inteligencia prohibidas, tanto durante las protestas como con anterioridad a ellas, sobre los actores sociales y, en tal caso, su extensión y en qué medida se apartaron de las órdenes dictadas por las autoridades competentes - jueces o fiscales".
"
A priori, tal como lo expresan las defensas y se refleja en los expedientes compulsados, existieron tales órdenes (...) Para el caso de comprobarse un exceso -ya sea que se haya actuado antes de la orden o por fuera de ella- será necesario establecer si el comportamiento fue compartimentado o si fue el producto de una disposición interna de la Gendarmería, que remita a sus autoridades centrales".
De esta manera, lo que denunciamos como política represiva del estado, usada por los sucesivos gobiernos desde que el "Protocolo para regular el funcionamiento y empleo del programa Project X" existe y se aplica masivamente al activo militante, se convierte, con un simple pase de manos del fiscal y el juez, en una posibilidad de que algún uniformado se excediera en el cumplimiento de las directivas recibidas. Que nos espiaran o se infiltraran "demasiado", en una palabra.
Se advierte muy claramente, en este caso, cuáles son los mecanismos con los que los gerentes del sistema salvaguardan sus intereses, y protegen a los ejecutores de lo que deben hacer para sostenerlos. Les basta con el argumento de la "legalidad", esa legalidad que ellos mismos construyen a la medida de sus necesidades, que nunca está pensada para los trabajadores y el pueblo, y que bloquea eficaz (y "legalmente"...) los intentos de responsabilizarlos por sus crímenes.
Legalidad que funciona como trampa de doble vía, criminalizando al que lucha por lo que es suyo y le fue arrebatado, mientras protege y justifica al arrebatador.
Sin embargo, de vez en cuando -y aunque sólo sea muy de vez en cuando-, a fuerza de pelear en las grietas, de forzar las contradicciones y siempre con el apoyo de la movilización y la lucha organizada, logramos arrancar algún triunfo para nuestra clase. Cada tanto, condenamos un represor (aunque lo dejen escapar); metemos preso a otro (aunque vaya a una jaula de oro) o liberamos a un compañero represaliado (aunque haya miles más en riesgo). O, como en este caso, logramos exhibir con crudeza lo que hacen, y por qué lo hacen, y acumulamos conciencia.
Por eso, bien conscientes de que se trata de uno de los escenarios mejor preparados para derrotar a los trabajadores y el pueblo, tenemos la obligación de seguir interviniendo en la gran farsa judicial, para exponerla, y para agotar todos los recursos a nuestro alcance para que esas raras ocasiones de triunfo se hagan realidad todas las veces que sea posible.

 Caso Blanco: Tardía condena, para proteger al estado, y con el torturador en su casa.
El 28 de septiembre de 1997, Emilio Blanco, de 17 años, terminó de cenar con su familia, en su casa de Chascomús, y salió para ir a bailar. Unas horas después, su cuerpo apareció junto a las vías del tren. "Accidente ferroviario", dijeron enseguida los jueces, a pesar que las lesiones indicaban clásicas torturas policiales, con señales de golpes y "bolsita"
(submarino seco).
A lo largo de los años, se pudo armar el rompecabezas. Algunas personas se animaron a contar que vieron a Emilio cuando fue levantado por policías de la comisaría 1ª de Chascomús, al mando del jefe de calle, Fermín Basualdo. Los peritajes médicos confirmaron el apaleamiento y la sofocación mecánica. Se verificó que, como en el caso de Miguel Bru, Emilio estuvo anotado en el libro de la comisaría, que luego fue reemplazado por otro, para ocultar su paso por el calabozo de contraventores (es decir, los detenidos sin delito, por faltas o doble A). Hasta se quebró el policía que rehizo el libro de guardia, claro que una vez que prescribió el delito que le podían imputar, y contó que esa noche escuchó en la comisaría "el comentario de que a la persona que estaban trabajando en el fondo se les había quedado". Traducido
de jerga policial a castellano, el preso que torturaban se les murió. Y en lugar de desaparecer el cuerpo, como con Bru o Ivan Torres, o de tirarlo a un río como a Sargiotti, se pusieron creativos y tiraron a Emilio en las vías.
Para septiembre de 2002, ya estaba todo probado (ver Boletín Informativo nº 182), pero hubo que esperar hasta 2011 para que fueran detenidos el torturador Basualdo y el comisario a cargo de la 1ª, Tomás Freites. A pesar de la acusación por tortura seguida de muerte y omisión de evitar la tortura, respectivamente, apenas unos meses después la Cámara de Apelaciones de Necochea decidía que no había motivos para que estuvieran detenidos, y recibieron el beneficio de un arresto domiciliario.
Ahora, a 17 años de aquella noche, el oficial Basualdo fue juzgado y condenado. El comisario Fretes eludió el juicio gracias a una oportuna serie de recursos que suspendieron, hasta que el Tribunal de Casación disponga de tiempo para resolverlos, el trámite a su respecto.
Fermín Basualdo fue condenado a prisión perpetua, pero no por tortura seguida de muerte, sino por homicidio con alevosía. Puede parecer una cuestión de terminología, y hasta una pavada ya que los dos delitos tienen la pena máxima, pero -como en el caso de Diego Gallardo, torturado hasta morir en la 3ª de Avellaneda- la negativa de los jueces a usar la palabra "tortura" es prueba de la decisión política de amparar la represión estatal.
No da lo mismo, para las estadísticas criminales y la difusión pública, que condenen por un hecho individual, como el homicidio, que por tortura seguida de muerte, el delito más típicamente definido como crimen de estado y que, por definición hasta de los imperiales jueces de los tribunales internacionales, es de lesa humanidad y compromete la responsabilidad del propio estado. Es la clásica salida de los jueces que, frente al cuerpo masacrado de Emilio Blanco o de Diego Gallardo, no tienen más remedio que condenar, pero no pueden evitar el amparo al mandante del asesino, el estado, que es su propio mandante.
Como si fuera poco, tampoco irá preso Basualdo. La Cámara que lo condenó entendió que no hay motivos para modificar su situación de arresto domiciliario, de manera que el torturador sigue en su casa. La única ventaja del asunto es que, cómodamente instalado en su hogar, Basualdo no tendrá que fugarse, como Naredo o González.

 Próximas actividades.
Miércoles 1º de octubre, 13:30, en la Facultado de Periodismo de La Plata, charla con CORREPI en el marco del encuentro de estudiantes de comunicación “Demoliendo Teles”
Jueves 2 de octubre, desde las 12:00, concentración y radio abierta frente a los tribunales de Quilmes, Irigoyen al 400, para exigir que siga preso y vaya a juicio el capitán Veysandaz, asesino de David Vivas y Javier Alarcón.
Lunes 6 de octubre, en Libertad y Viamonte, CABA, jornada antirrepresiva artística acompañando la audiencia en la cuasa por los comunicadores de la RNMA baleados con plomo en la represión a la Sala Alberdi: ¡Con la lucha los metimos presos, ahora que vayan a juicio!.

CORREPI en el aire:
El tercer sábado de mes, cada dos meses, a las 16:00, escuchá el espacio de CORREPI en el programa Rebeldes Stereotipos, por FM La Tribu , FM 88.7, o en ">http://www.fmlatribu.com/ CTRL + clic para seguir el vínculo" face="Verdana">www.fmlatribu.com.
El tercer sábado de cada mes, escuchá la columna de CORREPI "Palermo antirrepresimio" en el programa El Palermo de los Simios, por FM La Caterva, FM 97.3 o en ">http://www.fmlacaterva.com.ar/ CTRL + clic para seguir el vínculo" face="Verdana">www.fmlacaterva.com.ar.
El último miércoles de cada mes, a las 21:00, escuchá la columna de CORREPI en Derrocando a Roca, por Radio La Colectiva, FM 102.5. En vivo por: ">http://www.lacolectiva.org.ar/envivoHD/index.html CTRL + clic para seguir el vínculo" face="Verdana">http://www.lacolectiva.org.ar/envivoHD/index.html
Los miércoles, a las 1:15, escuchá la columna de CORREPI en Radio Frecuencia Zero, FM 92.5 o en ">http://www.frecuenciazero.com/ CTRL + clic para seguir el vínculo" face="Verdana">www.frecuenciazero.com.

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CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional
Ciudad de Buenos Aires • Argentina