Como fuente de ingresos aparte de las golosinas y los alfajores, el propietario tenía un delivery de balas de distintos calibres que vendía a delincuentes de la ciudad.
La información fue difundida por el diario local El Tribuno. Finalmente pudo ser descubierto ya que llamó la atención a la Policía el gran número de jóvenes que concurría al lugar en forma permanente. De esta forma, el organismo de seguridad montó una vigilancia discreta en el lugar.
Luego de tener la certeza de que funcionaba un “delivery” de municiones para diferentes armas, efectivos de la Comisaría 30° de ese lugar realizaron un allanamiento en el kiosco y lo encuadraron en una causa por el delito de tenencia y/o portación de armas de fuego en perjuicio del orden público.
En el lugar se encontraron balas de calibre 12, 14, 16 y 28 para escopetas y del calibre 22 para rifles. Todo esto quedó secuestrado a disposición del Juzgado Correccional de Garantía y de Menores 1.
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