Entrada destacadaLa editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

La editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

"La primera víctima en una guerra es la verdad". Anónimo. En estos días, la tilinguería seudoizquierdoza, ha bramado ante la pu...

miércoles, 18 de julio de 2012

Una jueza ordenó que maten a un ladrón.




INSPECTORES DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA BONAERENSE 

Investigarán si una jueza ordenó que maten a un ladrón 

Es una jueza penal de Necochea · El pedido de investigación lo hizo otro juez de la misma ciudad · El ladrón es testigo en una causa por la muerte de un joven que estuvo detenido en una comisaría 



(Necochea. Enviado especial).- Un cuerpo de inspectores de la Suprema Corte de Justicia bonaerense será enviado a Necochea parainvestigar una denuncia contra una jueza, quien habría ordenado a la policía matar a un ladrón que además es testigo en una causa.

En la Corte se informó que el pedido de inspectores fue realizado por el juez en lo penal de Necochea, Norberto Aued, quien ayer confirmó aClarín que recibió una denuncia en su juzgado con una carta con detalles de la supuesta orden.

Aued informó a la Corte que recibió una denuncia contra la jueza penal Marta Raggio hecha por Mónica Comaschi, la madre de Saúl Canessa, un joven ajedrecista que murió en 1992 de un derrame cerebral dos días después de haber estado detenido en la comisaría de Necochea durante diez horas.


Una muerte todavía no aclarada 


 
"A mi hijo lo torturaron hasta matarlo. Perdí cinco años de mi vida en tratar de demostrarlo" dijo aClarín Mónica Comaschi, la madre de Saúl Canessa, un ajedrecista de 20 años que murió en 1992 después de haber estado detenido durante 10 horas en una comisaría de Necochea.

Según el informe de la policía, Canessa fue detenido en la calle mientras caminaba tambaleándose porque se había caído de su ciclomotor. Los policías dicen que creyeron que estaba borracho y lo detuvieron. Pero la madre de Canessa no cree esa historia.

La mujer denunció ante el juez Norberto Aued -actualmente a cargo de la causa-, que su hijo Saúl "fue golpeado antes de ingresar a la comisaría y no tuvo ningún accidente como se pretendió demostrar".

Comaschi presentó además en el juzgado una grabación de una charla telefónica que mantuvo con la fiscal María Eugenia Quagliaroli, en la que la funcionaria aportaría detalles relacionados con el caso.

El 23 de junio de 1992, cuando murió Canessa, se hizo cargo de la causa la jueza Marta Raggio. "Entonces el juzgado intentó desviar la investigación y después de varias denuncias de irregularidades tuvo que abandonar el caso. La verdad es que la policía mató a mi hijo" aseguró Comaschi.

"Hace cinco años desapareció misteriosamente la ropa de Saúl después que los peritos informaron que no presentaba indicios de un accidente aunque se hallaron manchas de sangre. No voy a descansar hasta que se haga justicia." afirmó la madre del joven.


AGENCIA LA PLATA

En la causa por la muerte de Canessa hay cinco policías procesados: el comisario Jorge Omar Berro, el subcomisario Jorge Gerónimo Pereyra, el oficial inspector David Gregorio Posse, el oficial principal Héctor Antonio Giglio y el oficial principal médico Héctor César Pando. Todos están acusados de privación ilegal de la libertad, falsedad ideológica y abandono de persona seguido de muerte.

El expediente pasó primero por el juzgado de Raggio, pero la jueza fue recusada y actualmente está en el juzgado de Aued.

Testigo en peligro

La carta presentada por Comaschi fue escrita por la fiscal María Eugenia Quagliaroli. En el escrito dice que un "viejito" le contó que estaba haciendo un trámite en la comisaría y escuchó en un despacho contiguo a la jueza Raggio hablando con el subcomisario Domingo Lorea.

"Hay que bajarlo. La gente se va a poner contenta. Le imputamos los asaltos. Los bajan y listo", dice en la carta reproduciendo las palabras que el testigo dijo haber escuchado de la jueza.

El testigo no quiso declarar bajo juramento porque dijo que tenía miedo.

Los ladrones mencionados en la carta son Omar Del Rey y dos cómplices de apellidos Benavídez y Lauce.

Del Rey es testigo del caso Canessa porque estaba detenido en la comisaría de Necochea la noche del 20 de junio de 1992, el mismo día que los policías detuvieron al joven.

"Dentro de poco se cumplen tres años que nos conocemos y creo que existe la confianza entre nosotras como para pedirte que una vez que leas esto lo retengas en tu memoria y rompas la nota", dice la carta de Quagliaroli a Comaschi, fechada el 13 de junio de este año.

Más adelante, la fiscal dice que un oficial del juzgado de Raggio, Eduardo Liboreiro, le contó que "a Benavídez y a Del Rey los va a limpiar la policía porque estaban robando".

La fiscal dice que a la mañana siguiente leyó en el diario local sobre un robo en un quiosco de Quequén en el que estaban involucrados Del Rey y Benavídez. "Cómo sabía Liboreiro del robo un día antes. Es evidentemente una trampa para matar a Del Rey, en mi opinión", escribió la fiscal tres días después.

Dos policías que iban en un patrullero intentaron detener a Del Rey, Benavídez y Leuce después del robo, pero los ladrones se anticiparon y lograron escapar.

A las pocas horas del robo, Leuce fue detenido en Necochea. Benavídez fue detenido dos días después en Mar del Plata, luego de asaltar a un remís. Del Rey sigue prófugo.

Ahora la Corte enviará abogados de la oficina de Control Calificado, encargados de investigar denuncias contra jueces bonaerenses.

Los abogados deberán elaborar un dictamen para resolver si existió delito. Si la jueza cometió irregularidades, intervendría la Procuración de la Corte. En ese caso, podría promoverse un jury de enjuiciamiento.


GUILLERMO VILLARREAL

No hay comentarios:

Publicar un comentario