El Obispo de Merlo-Moreno, Fernando María Bargalló, luego de la publicación de fotografías en que aparecía bañándose con una amiga de la infancia, reunió a sus sacerdotes para admitir la realidad de la aventura y anunciarles que renunciaba a su cargo.
Luego el obispo se trasladó a la nunciatura en Buenos Aires para entregar la carta de renuncia al Papa.
Fernando María Bargalló, de 57 años, procede de una familia muy rica, por lo que pudo pagarse la excursión de su bolsillo y no con fondos de la diócesis ni de Cáritas como se temía al principio.
Su amiga de la infancia, es una empresaria divorciada, de 55 años, también rica, que estuvo o quizá todavía está enamorada del obispo.
Aún no se sabe quien envió las fotografías a un canal televisivo ni quien proporcionó al diario ‘Crónica’ los detalles del romántico itinerario.
El Vaticano suele nombrar inmediatamente un administrador para la diócesis, aceptando inmediatamente la renuncia del obispo interesado.
A diferencia del abuso de menores, los hechos no constituyen, a primera vista, ningún delito, pero son absolutamente incompatibles con la responsabilidad episcopal y con el ejemplo que se debe dar a los sacerdotes y a los fieles.
En estos casos, el Papa aplica sanciones que pueden llegar a la expulsión y si es considerado culpable no sólo deja de ser obispo sino que deja también de ser sacerdote.
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