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domingo, 24 de junio de 2012

Bargalló: "El pescado siempre empieza a pudrirse por la cabeza".


Bergallí, hipócrita redomado, pretendió negarlo
Pero los hechos eran contundentes
Leo que ya ha presentado la renuncia:

No había marido presente, ni encuentro casual. Los pobres estaban muy bien para el cartel pero nada tenían que ver con su vida privada. Era un señorito al que le gustaba vivir como tal. Hipócrita redomado en todos los aspectos. Ni pobres, ni celibato ni nada.
Lo de la Iglesia argentina es muy grave. Un caso escandaloso puede ocurrir en cualquier lugar. Pero tanta podredumbre indica una crisis gravísima y una línea de promoción de obispos que requiere una pública desautorización de sus responsables. No sólo de casos escandalosos en el terreno sexual como los de Podestá, Maricone, Storni, Bergallí... Porque también son escandalosos, aunque en otro campo, los Melani, Casaretto, Maletti, Piña... No hay episcopado más podrido que el argentino. Ni el belga. Que se las trae.
Todo ello bajo la torva mirada del primado Bergoglio que ha quedado tan tocado también él que supongo verá aceptada su renuncia en breve como responsable directísimo de tanta basura episcopal.
Apenas hay obispos buenos en Argentina. Y eso es dificilísimo de corregir. A corto y a medio plazo. Una serie de cantamañanas, de mediocres, de sospechosos doctrinales, de cobardes, de contemporizadores, ocupan la mayoría de las diócesis argentinas. Legado impresentable del bergogliato. Y eso no se puede cambiar de la noche a la mañana. Con lo que el catolicísmo argentino va a seguir mucho tiempo en pésimas manos. Pudriéndose más.
Vaya tarea la del nuevo nuncio con tanta ropa sucia que lavar. Esperar a que tanto inútil, en el mejor de los casos, llegue a los 75 años es una gravísima hipoteca para la Iglesia argentina. Pero me temo que con eso habrá que contar. Pero Bergoglio ya ha llegado a esa edad. Su cese y el nombramiento de un buen arzobispo para Buenos Aires es la primera tarea del nuncio. Y un buen arzobispo supone descartar a todos los corifeos de Bergoglio. ¿Pensar que algunos lo quisieron para Papa...? 
A Bargalló, más bien Bergallí, parece que le quedan horas. Y muchas son. Él es sólo la punta del iceberg. Pobre Iglesia argentina. Empeñada en suicidarse. Espetremos que en Roma hayan aprendido la lección. Tras muchos años de mirar para otro lado.

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