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viernes, 8 de junio de 2012

Patricia Isasa volvió a mentir.


El detector de mentiras no es aplicable en juicios de lesa humanidad

El polígrafo (o detector de mentiras) es un instrumento de gran sensibilidad y precisión, capaz de registrar de forma continua en un gráfico las variables fisiológicas que se producen en el organismo de un individuo estimulado psicológicamente mediante determinadas preguntas. 
El Test desarrollado por la Universidad de Utah ha demostrado una fiabilidad en sus resultados del 90% avalado por la investigación empírica realizada al efecto. Llegando al 99% cuando el examen se realiza a dos personas que sostienen versiones contradictorias de un mismo hecho. Porcentaje de fiabilidad similar al que se llega a través de la comparación del ADN. 
 Patricia Isasa volvió a mentir al afirmar que: Facino violó la detención domiciliaria con soltura. Seguramente no es la primera vez que pasa. Resulta que los controles no son ni continuos. El represor, luego de que se retira el control, espera unos minutos y listo, sale, llegando a pasearse en el supermercado Kilbel o tomar café en un centro comercial de Colatine Norte. Tambien maneja su Megane FVY 185

En los últimos años las principales universidades de los Estados Unidos han creado una nueva disciplina científica denominada Psicofisiología Forense responsable del desarrollo de programas de investigación sobre la aplicación del polígrafo en distintos campos. Mediante la Psicofisiología forense se han puesto en práctica nuevas técnicas de interrogación validadas por los resultados obtenidos en pruebas de laboratorio y casos reales. Los datos estadísticos obtenidos reflejan que la fiabilidad del polígrafo está por encima de la mayoría de las técnicas forenses se investigación, únicamente superada (en % de exactitud) por la prueba del ADN. 
En las cuestiones previas del nuevo juicio oral que se le inicia a Eduardo Ramos, el acusado solicitó que se utilice la “prueba científica” del polígrafo. 
Por su parte, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, integrado por los Dres. Otmar Paulucci Oro, Venegas Echague y Lilia Carnero, proveyó NO HA LUGAR por impertinente, por cuanto la indagatoria es un acto de defensa material del imputado y no un medio probatorio, y consecuentemente no resulta procedente admitir la utilización del detector de mentiras como medio de prueba para dar cuenta de la veracidad o no de los dichos del encartado. 
Resulta obvia la impertinencia de la utilización del “detector de mentiras”. 
Sería inconveniente e inoportuno, utilizar este elemento en un juicio donde se espera utilizar como elementos de prueba, las mentiras de denunciantes falaces. En juicios plagados de ilegalidades por la palmaria y reiterada violación a todos los derechos y garantías constitucionales, donde se ha invertido la carga de la prueba y no es necesario demostrar la culpabilidad de los imputados, sino que éstos deben demostrar su inocencia; la prueba científica del polígrafo demostraría casi con certeza absoluta, la veracidad de los dichos de los acusados y la falsedad de los dichos de los denunciantes (99% cuando el examen se realiza a dos personas que sostienen versiones contradictorias de un mismo hecho) 
Hacer lugar a la pericia solicitada por Eduardo Ramos, sería el principio del fin de estas parodias judiciales, desmintiendo definitivamente las imputaciones de los terroristas devenidos a “jóvenes idealistas” que una vez desenmascarados deberían volver a sus actividades de antaño (robos y secuestros extorsivos), pues se les habría terminado el curro de las indemnizaciones por haberse hecho pasar por víctimas de la “dictadura”. 
Los jueces han actuado con coherencia. 
Según su criterio, los acusados deben ser condenados. No se deben permitir pruebas que demuestren su inocencia. 


Orlando Agustín Gauna

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