Según relataron autoridades religiosas esta mañana el sacristán de la Parroquia de San Nicolás encontró el vidrio roto y que faltaban un rosario y las coronas de la Virgen y el niño Jesús, realizadas en plata y oro por el orfebre Juan Carlos Pallarols con donaciones de los fieles.

Según consignaron dos empleadas administrativas mencionadas por la agencia AICA (Agencia Informativa Católica Argentina), el presbítero Carlos Pérez, rector del santuario, decidió no brindar entrevistas a los medios ya que “está muy afectado por lo ocurrido”.

Los peritos de la policía y el fiscal Darío Giagnorio se encuentran trabajando, el robo fue constatado en horas tempranas de hoy.

El cristal habría sido roto mediante la utilización de un elemento contundente, para ingresar una persona diminuta con herramientas para liberar las coronas de las imágenes, de acuerdo al mismo medio.

“Estoy preocupado y triste” dijo el creador de las coronas, quien dijo que a los sumo, “las venderán por el tercio de su valor real”, y agregó “es una obra con un gran valor emotivo. La llevaron incluso para que fuera bendecida por el Papa”, relató Pallarols.

El orfebre Juan Carlos Pallarols fue el creador de la joya y la explicación es una admirable conjunción de su maestría con un deseo para todo el mundo.

“Haber podido realizar esta obra fue una emoción muy grande pero la inmensa sorpresa ha sido que la mayoría de la gente no pedía, sino agradecía. Fue una experiencia muy enriquecedora por la convocatoria, la cual ha sido la más numerosa en mi historia personal ya que vengo haciendo obras colectivas desde el Bastón de Mando de Alfonsín en 1982, incluyendo el Cáliz de su Santidad, y la Máscara de Eva Perón”.

El orfebre finalizó diciendo “en relación a la Corona de la Virgen puedo decir con orgullo que, después de doce meses recorriendo más de 30.000 Km, hemos podido contabilizar casi seis millones de golpes con una concurrencia superior a las 500.000 personas y entre las muchísimas personalidades que han colaborado es preciso mencionar que gracias a la buena voluntad de Monseñor Cardelli, Obispo de San Nicolás, el Santo Padre Benedicto XVI tuvo en sus manos y bendijo el lingote de plata utilizado para realizar la Corona. Celebro con emoción la alegría de saber que tantas personas con un esfuerzo compartido y tan pequeño en la individualidad, pudimos hacer algo tan grande como concluir 600.000 voluntades sin intereses mezquinos en una gran obra para la Santísima Virgen. Si queremos, el mundo se podría construir igual”.