La bala había entrado en el ojo derecho de la joven y le había provocado lesiones cerebrales. Aun así, los primeros días había respondido bien al tratamiento e incluso había recuperado la conciencia.
Los médicos le habían retirado las drogas que la mantenían en coma y al ver su evolución la familia se había ilusionado con un milagro. Respondía a ciertos estímulos, llegó a hablar algunos monosílabos y reconoció a ciertos familiares.
Pero luego, una hemorragia cerebral obligó a los médicos a llevar a cabo una cirugía de urgencia. Casandra entró en un nuevo coma profundo del cual nunca despertó. Treinta horas antes de su muerte, ya se había declarado la muerte cerebral.
El accidente
El oficial principal Walter Miranda hirió fatalmente a la joven el miércoles 14 de noviembre cuando daba instrucciones para llevar a cabo un ejercicio en las sierras de San Luis. El grupo de 69 cadetes del tercer año del Instituto Superior de Seguridad Pública “Juan Pascual Pringles” había ascendido al Cerro Renta, ubicado a 2100 metros sobre el nivel del mar, el día lunes.
La noche del miércoles, los instructores los habían separado en grupos de ocho, para llevar a cabo un ejercicio que consistía en la protección de personas VIP (importantes). Miranda ocupó el lugar de agresor y Casandra de la persona a ser protegida por sus compañeros.
El instructor había cargado su arma pistola Glock calibre 9 milímetros semiautomática, porque estaba por practicar tiro, pero luego olvidó quitar el cargador para el ejercicio. Se subió a una piedra, apuntó contra la joven y la bala salió directo a su ojo derecho.
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