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jueves, 29 de noviembre de 2012

El llamado “juicio a la pobreza” terminó con María Ovando absuelta.



 La mujer misionera había sido acusada de dejar morir a su pequeña hija de tres años de desnutrición, pero el Tribunal Penal de El Dorado no dio lugar al pedido del fiscal Federico Rodríguez por el delito de abandono de persona agravado por el vínculo.
El hecho ocurrió en marzo de 2011 cuando Ovando llevaba a su hija al hospital por un cuadro de desnutrición severo. En el camino la pequeña murió y ella por temor ocultó su cuerpo en el monte misionero. Su familia denunció la desaparición de la menor y luego la policía encontró el cuerpo deteniendo la madre. 
“Me llevó tiempo llevar a mi hija de tres años al hospital porque no me paró ni un auto. Hice todo lo que  podía hacer. No tenía plata, ni nada. Mis hijos habían quedado todos solos”, dijo Ovando.
Tras conocer la noticia, la mujer dijo: “Espero reencontrarme con mis hijos pronto. Solo pienso en volver a estar con ellos”. Y agregó: “Me duele mucho lo que pasó. No es justo lo que me estaban haciendo. Mi libertad es lo que más esperaba pero no me imaginaba que fuera a suceder”.
Ovando vivía con 140 pesos por mes para mantener a sus ocho hijos. Su marido la golpeaba y su ignorancia la apartó de una poible ayuda del estado.
“Se trata de un caso de criminalización de la pobreza porque están exigiendo que una persona que tiene solo esos medios pueda cubrir todas las necesidades básicas. María es analfabeta. El Estado jamás le informó que podía acceder a un plan o una asignación por ser madre de 7 hijos, lo que le hubiese significado la diferencia entre la vida y muerte de su hija”, dijo el abogado de Ovando.

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