Stefano Gennarini JD
GINEBRA, 23 de diciembre 2011 (C-FAM) Un nuevo informe de la ONU genera una esperanza a las aspiraciones de los abogados y simpatizantes dentro de gabinete de derechos humanos de la ONU, de obtener derechos para la comunidad LGBT, aspiraciones que trascienden la mera tolerancia. El informe, publicado por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, aludió a “las prácticas y actos de violencia contra individuos, basados en la orientación sexual y la identidad de género” y fue requerido por una resolución del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en junio y aprobado por sólo cuatro votos.
El informe de 25 páginas detalla el rango de situaciones donde los individuos son el blanco de agresiones debido a su orientación sexual e identidad de género. Pero va más allá de un pedido de cese a la violencia contra los individuos del LGBT, un pedido que es absolutamente razonable. El informe reclama el reconocimiento de derechos totalmente nuevos, sosteniendo que actuar de modo contrario, sería discriminar.
El informe establece que “la criminalización de actos homosexuales privados y con consentimiento, viola los derechos a la privacidad y a la no discriminación y forman una brecha en el derecho internacional de los derechos humanos”. Además, sostiene que la ley internacional requiere “asegurar que las parejas del mismo sexo no casadas sean tratadas de la misma manera y que gocen de los mismos beneficios que las parejas heterosexuales no casadas”. El informe también reclama a los estados “Facilitar el reconocimiento legal de la preferencia de sexo de los transexuales”.
Los activistas gays consideran el informe innovador. Sin embargo, no significa un verdadero avance para los derechos de la comunidad LGBT.
Estas afirmaciones no tienen base en el derecho internacional. Simplemente repiten otros elementos del sistema de derechos humanos de la ONU que intentan crear obligaciones en los estados miembros de la ONU sin autoridad para hacerlo. El informe no puede promover derechos de la comunidad LGBT porque no es un documento conminatorio. Además, ningún tratado de la ONU menciona los derechos del grupo LGBT.
No es probable de que esto vaya a cambiar en un corto plazo. Cualquier mención de asuntos concernientes al LGBT dentro de los órganos de la ONU, y más aun los derechos, encuentra la oposición de más de la mitad de los 192 estados miembros.
Durante la sesión más reciente en la Asamblea General, los estados miembros de la ONU que participan de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), que alegan representar dos millones de musulmanes alrededor del mundo, emitieron un comunicado especial condenando a la Oficina de Alto Comisionado por aludir a la orientación sexual e identidad de género.
El informe es, sin embargo, significativo, al menos, históricamente. Nunca antes ha habido una exposición sistemática de los derechos del LGBT dentro del sistema de la ONU. En este sentido, el informe es un compendio de “soft law” de los defensores de los derechos del LGBT
La oficina de la Comisión de Derechos Humanos, que emitió el informe, encabeza la campaña a favor de los derechos del LGBT dentro de la ONU y dedica una página de su página web al tema. Sostiene que los comentarios que generen discriminación en el derecho internacional deberían interpretarse extensivamente so pena de incluir a el LGBT.
Mientras que los servicios anti discriminación en derecho internacional deberían ser fácilmente interpretados para proteger a todos los individuos 8incluyemdo a el grupo LGBT) de la violencia, no pueden ser interpretados con imparcialidad para eliminar todas las distinciones legales basadas tradicionalmente en el sexo, como el género y el matrimonio. Tampoco pueden interpretarse para abolir el poder de los estados soberanos para legislar en lo que respecta a moral pública y asuntos concernientes a la salud.
El Consejo de Derechos Humanos continuará con el informe en marzo, y tal vez resuelva emprender nuevas iniciativas para impulsar los derechos del LGBT dentro del mecanismo de Derechos Humanos de la ONU.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
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