El robo en la farmacia finalmente no se concretó, ante la presencia de la policía y seguridad privada. Pero el intento bastó para que se corriera de la vos de supuestos saqueos en el barrio y todo el mundo comenzó a cerrar desesperadamente sus negocios.
Alrededor de las 16 horas Once era tierra de nadie, sin comerciantes, sin compradores ni vecinos circulando ante el temor de situaciones violentas.
El pánico además viene estimulado por los saqueos que se produjeron días atrás en distintas partes del país, en el marco de una huelga policial.
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