El jefe de la barra brava de Independiente, el “Bebote” Pablo Álvarez, encabezó una marcha a la sede del club en Avellaneda en contra de presidente del Rojo, Javier Cantero, quien ha decidido luchar en contra de los violentos.
La excusa de esta marcha fue la devolución de las banderas de este grupo, que supuestamente retenía el club en sus instalaciones. Todos vestían camperas con la inscripción “Hinchadas Unidas Argentinas”.
Los violentos siguen amenazando a los jugadores y dirigentes a su antojo, a pesar de los esfuerzos de Cantero por sacar el quiste de las barras bravas en el fútbol.
Eso que parece utópico sería posible si el presidente de Independiente recibiera el apoyo que necesita. Si bien otros dirigentes han manifestado su apoyo en un principio, con el correr de los días, sus palabras parecen hacedoras de un curso meramente estéril ya que con las acciones dicen lo opuesto.
Hace 10 días, verdaderos hinchas pacíficos del Rojo se manifestaron en contra de los violentos en la misma sede, respaldando a Cantero. Un ejemplo que deberían seguir quiénes toman las decisiones para que de una vez por todas, el fútbol argentino quede limpio de las barras.
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