“Cada club es un mundo distinto, tiene sus particularidades. Alguna vez me molesté con el presidente de Boca porque si bien se solidarizó conmigo, él dijo que la batalla con la barrabrava de su club la tenía perdida y me pareció que no fue una buena señal para la sociedad”, dijo.
“El maneja un club donde la barra tiene una consideración distinta a la nuestra. En mi club la barrabrava es repudiada por los socios y en Boca algunos se sacan fotos y les piden autógrafos”, agregó.
“Nos sentimos acompañados, esto seguirá adelante. No hay ningún paso atrás. Estamos en un momento de fiebre pero hay que pasar por esto porque no podemos, por una amenaza, dar un paso atrás”, finalizó.
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