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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Femicidio o feminicidio.





El femicidio o feminicidio, se refiere a la violencia contra la mujer por el sólo hecho de ser mujer, sin más determinante que ese. Entre algunos hechos que catalogan como femicidio, se incluyen el tráfico de mujeres, la violencia doméstica, el aborto de bebas como preferencia por un feto masculino, la esclavitud sexual, etc.
Soy un convencido de la debilidad de la mujer; y con “debilidad” no me refiero a una ineficiencia e inutilidad total, y tampoco a una que se extiende a todas las categorías. Es innegable que la mujer tiene menor fuerza física y menos capacidades de raciocinio estricto (crítico) como grupo, pero tampoco podemos desestimar el énfasis superior en el terreno de la maternidad, en el sentimental, en la capacidad en el habla y la comunicación, en el sentido artístico y estético, y otros demases que no vienen al caso. Eso no quiere decir que una mujer no me muela a palos o que un hombre pueda ser un exponente artístico, estamos hablando de generalidades. Lo mismo pasa con los masculinos: también serán débiles en muchos campos en donde será avasallados por las féminas. Dejar de ver las fortalezas o flaquezas como grupo, es no sólo no conocer las reales diferencias del género femenino, sino también desconocer del todo el campo de la ciencia.
Es por ello que estoy muy de acuerdo con la definición general de femicidio y hasta la extendería a otros campos que hasta ahora no parecen haber sido considerados. Como ejemplo, puedo poner la negativa de ingreso a un trabajo unisex, o la categorización general sin hurgar en la individualidad (rechazar a una DT femenina porque en teoría no podría realizar bien su trabajo o no soportaría un clima con vestuario masculino). Y por favor, no confundir con temas de cupo; estamos hablando de igualdad, no de favoritismo sexual por sobre el intelectual. Pero hete aquí que, aunque a nivel mundial a veces sea bien aplicado, en Argentina parece haber una exacerbación en la tipificación de ese tipo de delito y hasta se amplían los límites definitorios, creando así casi una exclusiva culpa de feminicidio a cualquier mujer asesinada o maltratada. Por eso, me pareció correcto separar los límites y aclarar algunas cosas que parecen estar olvidándose.
Por un lado, tenemos la mal llamada y parcialista “violencia de género” para referirse a una mujer golpeada; mal llamada pues no dicen sobre qué genero se aplica dicha violencia (recordemos que hay dos al menos), y parcialista porque esa tipificación no se cuenta cuando el golpeado es el hombre (tácitamente se entiende que es violencia sobre la mujer).
Por otro lado y teniendo en cuenta el párrafo anterior, lo que se busca es unaventaja de un sexo por sobre el otro, mas no la igualdad en el delito discriminatorio por índole sexual única. De hecho, creo que ni siquiera hay una definición para la violencia recibida sólo por ser hombre (¿“machicidio”, “hombricidio”?). Y no me vengan a explicar que eso no existe, porque yo mismo he visto ese tipo de violencia (que abunda por el lado psicológico). Hasta me atrevo a decir que hay más odio sobre el sexo opuesto entre feministas que entre machistas. Entonces, el delito de “violencia de género” aplica sólo cuando la víctima es femenina; cuando es masculina, o es “violencia” simple y llana, o ni siquiera se ve como delito. Más que igualdad, me parece un racismo de género sexual.
Tampoco olvidemos el femicidio aplicado en casos en donde no debería. Como ejemplo, tomemos el caso que está resonando hoy: una mujer es acosada por un hombre que quiere que sea su novia; la mujer se niega varias veces y, finalmente, el tipo se sube al colectivo en donde ella viajaba y la asesina de un balazo en la cara. El delito es claro, la culpabilidad del delincuente, también; pero lo que no compro es el femicidio. El tipo la mató por no ceder a sus caprichos, no por ser mujer.Asimismo, ¿qué hubiese pasado si los géneros hubiesen estado invertidos, y el hombre era el que se negaba y la mujer, la asesina? Se los digo yo, no seríamachicidio, sino un asesinato de una loca de amor.
Lo mismo ocurrió con otro resonante caso actual, donde un padrastro mató a su hijastro (hijo de su exmujer, con la que tenía un hijo biológico) como venganza para con su pareja. Buscándole la forma de encontrarle la vuelta y culpar a la violencia de género como detonante, encontraron una nueva categoría: “femicidio vinculado”, el cual, dicen, es cuando se mata a algún ser amado de la mujer como odio hacia ella (por ser mujer). Nuevamente, el sexo poco tiene que ver aquí, porque se han dado casos idénticos con los sexos cambiados, pero nunca se les ocurrió semejante carátula ficticia para gritar “discriminación femenina” a los cuatro vientos.
Hablando de casos resonantes, no puedo dejar escapar uno muy particular: una mujer denuncia violencia doméstica para con su marido; se toma la denuncia, interviene el juez, pero la mujer, luego (y antes las contínuas promesas del cónyuge de tratarla bien) intenta retirar la misma dejándola sin efecto, anulando así la causa (cosa que ocurre en casi el 90% de los casos, tal vez hable de ésto en otro post). Pero el juez, para proteger a la mujer y hacer que el hombre pague por su claro delito, desestima el pedido y continúa con el caso. Aquí es donde las defensoras de la “chorrada de género” se marearon y casi no tomaron partido. ¿Debían denunciar “femicidio judicial” por desestimar el pedido de una mujer? ¿Deberían apoyar el pedido contra el primer femicida, aunque eso significara eliminar la voluntad de la mujer por parte de un juez? Recordemos que, visto desde un punto de vista sexista, una decisión anularía la otra (si se boga por condenar al marido, se mansilla la decisión de la esposa; y si se apoya a la mujer, se blanquearía la violencia hogareña por permisión de la esposa). La verdad y la justicia no cuentan, lo que importa es ver a quién se puede señalar de sexismo.
Otro de los puntos en donde noto que la exaltación de la recategorización del delito está en auge, es en la misma experiencia que tuve en un robo que conté aquí. Cuando la pareja de ladrones me vino a asaltar y conté que pensé (muy seriamente) el golpear a la mujer (más débil) para poder salir del paso, la generalidad de féminas oyentes del relato hicieron un gesto o cambiaron el semblante, pero sin llegar a exteriorizarlo verbalmente (cosa que no hizo falta, se notaba la “violencia de género” danzando en sus ojos). Fuera del notorio hecho de que ambos eran igualitariamente delincuentes y que está ampliamente justificada la reacción a la acción delictiva, parecen obviar que poco me importaba que fuese mujer. Si eran dos hombres y uno de ellos era manco, las probabillidades me jugaban a favor si atacaba al disminuído (que, otra vez, bien pudo haberme molido a golpes mientras el otro no).Yo no ví sexos, ví probabilidades de salir ileso y/o indemne del escenario no buscado y desventajoso, en el cuál el terreno físico era preponderante. Si tenía dos hombres, uno blanco y el otro negro, seguramente hubiese apuntado al blanco por el mismo motivo. Eso sí, si tocaba al negro, seguro que era “violencia racial.
La violencia es violencia, la muerte es la muerte. Definitivamente deben tenerse atenuantes y agravantes según los casos, pero no perdamos de vista la realidad, porque con cada paso que damos despegándonos de las reglas lógicas, más lejos vamos a estar de la igualdad real y más brechas se van a generar en la sociedad toda. Si seguimos por esa senda, todos terminaremos siendo culpables de realicidio.
PLPLE

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