La presidente, Cristina Fernández de Kirchner, cerró la XVII Conferencia Industrial de la UIA con un extenso discurso en el que tocó múltiples tópicos y manifestó que la Ley de Distribución de Ganancias debe acordarse entre empresarios y trabajadores.
El discurso completo:
Muchas gracias, muy buenos días a todos y a todas. Quiero felicitarlos por el excelente cortometraje que hicieron ahí con el péndulo, donde me entregaron una de mis obras favoritas Sin pan y sin trabajo, que creo que marca con exactitud lo que ha sido la República Argentina y sus frustraciones.
Hablabas del péndulo, y trajiste una imagen, la del 2001, cuando el péndulo se convirtió en masa, creo yo. El péndulo iba y venía pero nunca tocaba para destruir. Creo que el péndulo se convirtió en una masa y arrasó con la Argentina. Por eso creo que la historia del péndulo no puede convertirse en la historia de la masa.
De esta Argentina que metaforizamos del año 2003 al 2011, quiero tratarla en un marco internacional. No vivimos aislados, vivimos en un mundo sumamente interconectado, y el cuadro de situación global es complejo, difícil y por momentos asusta a algunos. No a aquellos que el problema radica en que se están intentando de aplicar viejas ideas para los mismos problemas.
En el G20, hablé de una situación del mundo donde el producto global está casi cuadruplicado en stock financiero. Esto es, desde 1980, el stock financiero es casi tres veces. Por eso utilicé el término de anarco-capitalismo financiero. Si tengo más dinero que bienes y servicios que tengo, tarde o temprano viene la crisis.
Más tarde, en el cuarto en el que nos reunimos los mandatarios. La reunión era presidida por un cartel que decía G20, Cannes, Nuevo mundo, Nuevas ideas. Lo de nuevo mundo me pareció acertado, ahora, nuevas ideas no escuché ninguna, ni adentro ni afuera. Creo que es otro de los problemas que está atravesando el mundo en esta etapa de la historia. El mundo hay que verlo como una película para entender lo que nos está pasando.
Hubo un hecho, una explotación inhumana que surgió de la otra idea de que le dio un marco teórico a como se salía de eso, que también fracasó cuando cayó el muro de Berlín. Creo que el triunfo del capitalismo sobre el comunismo no fue correctamente interpretado. La gente quería vivir mejor y con libertad, pero con garantía, seguridades, equidad y justicia. Ya conocemos como se arrasó América Latina.
Dilma Roussef explicó lo que habían sido las políticas del FMI para Brasil y Argentina. En Brasil había significado 20 años de devaluaciones y en Argentina la eclosión.
Creo que estamos ante un problema de liderazgo internacional que no acaba de entender que hay un nuevo mundo, porciones importantes de la sociedad que no quieren vivir con las costumbres de occidente. Se comienza a mesclar lo político y lo económico. No he encontrado a nadie que de un marco teórico a lo que está pasando y que permita decodificar por dónde vamos y hacia donde vamos.
El domingo me comuniqué con Mariano Rajoy para felicitarle su triunfo, que todos los diarios calificaron de contundentes. Ojalá me hubieran dedicado tapas así, pero bueno… soy argentina, uno sabe, no tiene que ser envidiosa. Le dije que tenía una oportunidad fantástica que le permitía tener una mayoría absoluta y aplicar las políticas que quería. Nos despertamos con dos sopapos de los mercados. Los políticos vamos a tener que decidir, yo ya he tomado la decisión, de respetar a los mercados pero saber que quienes son elegidos son elegidos por el voto popular.
Sé que todos los que me precedieron con el uso de la palabra, el propio cortometraje que muestra el modelo de crecimiento, de generación de empleo y de inclusión social, que además nos dice que la actividad industrial ha crecido por encima de la actividad económica. Ha sido la industria la que ha generado mercado interno y permitido el crecimiento que va al 9% en los últimos 12 meses.
El crecimiento económico, el más importante de todos los años y el crecimiento industrial más importante desde el 1900. No voy a insistir en lo que han dicho ya.
Quiero rescatar uno de los últimos tramos del discurso de De Mendiguren de la parte de innovación. No me voy a referir a innovación tecnológica, saben lo que nos ha importado la tecnología, la repatriación. Lo traduzco en una imagen y lugar, Tecnópolis. Es el lugar que quiero que defina a esta Argentina del tercer siglo.
¿Cómo viene esta etapa? Yo lo definiría como la etapa de la sintonía fina. Por qué? porque hasta ahora hemos hablado de industrias. Hacemos una referencia a pequeñas y medianas, pero vamos a tener que precisar y estudiar a cada uno de los sectores bajo un tema central que es la competitividad de la economía argentina. Solamente es sustentable con inclusión social.
Muchos interpretan que la competitividad se hace a costa de salarios o a costa de reducción de salarios. Ser competitivo por eso, en realidad, no parecen formas muy novedosas. Creo y quiero sentarme en innovar los comportamientos de todos los sectores, los empresarios, los trabajadores y el Estado. Esa actuación tripartita ha sido una de las claves del crecimiento de estos años.
El acuerdo, las convenciones de trabajo, las mejoras del salario, pero ahora hay que comenzar con sintonía fina. No basta la pequeña y mediana industria. Hay que empezar a ver los grandes temas. Inversión, cuestiones salariales, inflación, subsidios, utilidades, son cosas que hay que trabajar con sintonía fina.
Se intenta la fórmula de preservar utilidades, principalmente en el sector financiero, y que la crisis la paguen los que menos tienen. Esa fórmula termina como Argentina en 2001, con la masa pegándole a la pared. Grandes empresas, tendremos que empezar a definirlo.
Esta semana me tocó estar en General Motors. El sector automotriz genera gran mano de obra intensiva y calificada, y no es monopólica. Compiten constantemente sacando nuevos modelos. Son grandes empresas que colaboran con el desarrollo de las PyMEs. Han reinvertido las utilidades, totalmente, en la Argentina.
Aprovecho para pasar un aviso, frente a toda cosa que se dice de ajustes y ganancias. Yo creo que ofende a la inteligencia. A mí no me preocupa la gente que lanza estas cosas como rumores. Me preocupan los tontos que pueden creer cosas como estas que pueden creer eso tras 8 años de gobierno. Como decía Perón, “los malos pueden volverse buenos, pero los tontos a inteligentes es una tarea más difícil”. Les pido que miren lo que hemos hecho, cuál ha sido nuestro comportamiento frente a las crisis.
Las empresas que podrían volver el dinero a sus casa matrices, pero han decidido utilizar las utilidades aquí. Podemos hablar de alguna otra gran empresa, no importa cual, que teniendo utilidades importantes, de las cuales parte son los subsidios. Tenemos que hablar muy en serio de estos problemas. No hay que enojarse ni pelearse, pero por sobre todas las cosas no hay que hablarse por los diarios. Cuando uno quiere solucionar algo, tiene que tomar un teléfono e ir a ver a un funcionario.
Los subsidios, también, una política que ha sido uno de los pilares del modelo, de una Argentina que se caía a pedazos. Teníamos que subsidiar para mantener o sumar demanda agregada. Teníamos que mantener a empresas. Ahora, esta empresa, tuvo 31% más de utilidades en 2010 que en 2008, pero invirtió un 35% menos. Hay que aprender a reinvertir, a tener un potente mercado de integración, un mercado interzona que de allí vendrán las mejoras.
Tocando un tema de inversión, que el Estado a incentivado a través de un Banco Nación que hoy debe constituir un 30% de la economía real. A través de el programa del Bicentenario, de financiamiento productivo. Cuando el vasco hablaba de innovar comportamientos. Por ejemplo, cuando empezamos a cruzar información de créditos que habíamos dado y habíamos encontrado empresas que habían cambiado a dólares la igual cantidad de pesos que habíamos dado a tasa negativa. No son bobos, hablemos con sinceridad, sin enojarnos. Ya aprendí a no enojarme. Después de lo de hoy, no me enoja nada.
Van a encontrar una presidenta abierta a todas las ideas, a seguir sosteniendo esa demanda agregada, a esa gente que no tiene capacidad de ahorro. No son los jubilados de la mínima los que atesoran billetes o cambian de portafolio. Tenemos que ser todos muy sinceros, vivimos en una economía bimonetaria. Deberíamos vivir en una economía propia. Pero reconozco algo. Desde 1930 hasta hoy, nuestra moneda ha perdido 13 ceros, que cimentan la desconfianza de los argentinos y es necesidad de todos revertir eso. Creo que hemos creado un modelo virtuoso para poder salir adelante como lo hemos hecho.
Quiero hablarle también a los empresarios que quieren tener utilidades. Vamos a tener que medir una utilidad que tenga un estándar más o menos racional, pero están todas por arriba de los estándares internacionales ahora mismo. No me molesta, nos probó que situaciones de un fuerte endeudamiento del resto de la sociedad, porque el dinero que no está acá está allá, parte del endeudamiento de las familias.
La reducción de la deuda pública y privada llegó a 32,1% del PBI. La deuda pública se redujo al 27,5% del PBI en moneda extranjera, de reserva. Era del 106% en el 2003. Se estima que, a fin de año, la relación que estará en manos del sector privado será solo el 8,7% del PBI. Si sumamos reservas, superávit comercial.
Si uno ve una línea recta, donde la parte de arriba es depreciación de la moneda y la de abajo revaluación de la moneda, respecto de otros países de la región, vamos a ver cerrucho. ¿Por qué? porque el ingreso de sus capitales es financiero y la votalidad depende de los mercados. La Argentina la van a ver siempre de depreciación de la moneda, no con la misma intensidad que querían, pero tampoco me vengan a hablar de inflación entonces, señores, pongámonos de acuerdo porque no podemos la chancha y la máquina de hacer chorizos.
Nosotros creemos en el crecimiento, el trabajo y la inclusión, y vamos a seguir en esa línea. Es importante hablar de estos temas sin tabúes. Es importante ver como Argentina ha tenido una política previsible en ese tema. Nuestros dólares son reales, son comerciales, estamos en 9.300 millones de dólares de superávit. Me acuerdo que el año pasado nos dábamos por satisfechos con 8.500 millones de dólares. No entiendo cómo hay congresistas norteamericanos que nos quieren bajar franquicias por 30 millones de dólares, cuando nuestro déficit con EEUU es de 4 mil millones de dólares.
Cuando Argentina estaba en crisis, teníamos superávit de 1.100 millones de dólares. En el año 2006, cuando se lanza la industrialización del país, empieza a ser superavitaria para Estados Unidos porque nos venden industrias porque tuvieron la suerte de industrializarse desde la guerra de secesión. Nosotros perdimos en Caseros, ellos ganaron en la secesión.
Nos van a venir a sacar la franquicia y van a venir esos señores a decir “señora, por qué no le compra a los rusos, a estos otros”. No es una cuestión ni de buenos ni de malos, no hay buenos ni malos.
El fuerte del superávit comercial ha sido uno de los pilares y por eso la política de administración de comercio, porque es la etapa a la que ha pasado el mundo y a la bilateralización de las relaciones comerciales. Nosotros, aquí, podemos ir a la inversa en América Latina. Tenemos energía, alimento y la capacidad de dar valor agregado.
Me decías, cuidado con los modales y tenías razón, pero muchas veces es también la fuerza lo que define las cosas. Son modales, mejor, pero mucha fuerza. Si podemos tener modales, mejor, y serán bienvenidos. Vamos a defender el interés de los argentinos como venimos haciendo.
La otra cuestión, que hace a la competitividad de la economía, y que también hace a la inclusión social, es con respecto al otro gran actor de la película, los trabajadores y sus dirigentes sindicales. Hugo Moyano les debe haber hablado de la Ley de Distribución de Ganancias, lo leo todos los días en los diarios. Les voy a decir lo que opino. Si la economía pudiera regirse por leyes sancionadas en el parlamento, no tendríamos necesidad de una UIA ni CGT. La economía se rige por otras leyes. Este modelo se ha regido por algo que ha sido muy virtuoso, el acuerdo de los trabajadores y empresarios por los acuerdos colectivos, que no solo es salario sino también condiciones laborales.
Sinceramente creo que aquellos empresarios que han distribuido las utilidades, me parece muy bien y hay que hacerlo. Creo que los trabajadores que perciben ganancia se ponen la camiseta, pero eso deben negociarlo los trabajadores y los empresarios, no lo puede imponer el Estado a través del Parlamento. Cuando hablamos de distribución de utilidades, hablamos de empresas que, por su actividad o por su magnitud, tienen la posibilidad de distribuir. La otra cuestión que se debería resolver es qué hacemos cuando hay pérdida y crisis. Creo que tienen que acordarlas entre trabajadores y el sector empresario.
Es importante también señalar la posibilidad de defender las conquistas laborales. Esta presidenta, antes de ser presidenta, fue legisladora nacional. Fui diputada entre 1997 y 2001 y fui senadora. Con motivo de la Ley de Flexibilización Laboral del doctor Eduardo Sanz. Esta persona que era diputada, con otros 3 diputados. Durante un mes estuvimos sin dar quórum para no aceptar la flexibilización laboral. Me vinieron a ver, menos del Vaticano, todos. De todo un poco, teléfono, llamada, que bajen, que se cae el mundo. No creemos que el acuerdo sea flexibilizar y explotar a los trabajadores.
En la segunda oportunidad, que fue el escándalo, fue el escándalo del Senado porque en diputados hubo un sector muy importante que nos opusimos, inclusive legisladores que en el 98′ estaban de acuerdo. Me tomó ser una de las espadas cuando los dirigentes sindicales firmaron lo que no queríamos que se firmara. Nadie puede decirle a esta presidenta que no defiende los intereses de los trabajadores. Fue este gobierno, uno puede ser dirigente sindical y gritar toda la vida. Estas cosas se arreglan desde el Estado. Tuvo que venir un gobierno a restituir la negociación colectiva salarial, a fijar el salario mínimo, vital y movil, el mejor de latinoamerica, a mejorar los haberes congelados e incorporar a millones de argentinos, a otorgar beneficios. Creo que sin ser dirigente sindical, pero trabajadora desde los 18 años, puedo demostrar que siempre voy a estar desde el lado más vulnerable, no sin saber que tengo una responsabilidad frente a ustedes, empresarios, frente a trabajadores, frente a millones de argentinos que tienen un trabajo en negro o no tienen un trabajo.
Me siento con la responsabilidad de 40 millones de argentinos. Por eso, el conflicto laboral entre patronal y sector obrero, por lo que fuera. Últimamente asistimos a tránfugas donde los conflictos no son para lograr algo, es por afiliados. Esto no es conflicto laboral, es un conflicto sindical. Cuando se da entre dos sindicatos que se están tironeando, no hay conflicto laboral y nos para la economía. O por ejemplo, no acatar la conciliación obligatoria. El período para solucionar el problema, no solamente a favor de quien tiene razón, sino que la razón vaya de la justicia. Hay que lograr que las soluciones vayan de la mano de la legalidad y la legitimidad.
Quería decirles también, mi opinión sobre estas cosas que muchas veces las sufre el Estado, como empleador. Comparto la partitura que quiero que toquen. Se los pido desde la inteligencia, tener la misma partitura. La tienen que tocar los empresarios, trabajadores, sindicatos, Estado y el resto de la Argentina. Los gobernadores, los intendentes. Miren lo que nos está pasando en la Ciudad de Buenos Aires, la jurisdicción más rica del país. El 53% de los subsidios están colocados prácticamente aquí. Estamos queriendo hacer cumplir una ley y la autonomía, que la reclaman con mucha autoridad. Lo cierto es que hay leyes, acuerdos y una lógica que es la transferencia de los subtes. Hemos ofrecido seguir con el subsidio, la mitad, todo el año. Darles las obras gratis, sin cobrarlas. Terminar la línea E. Si no lo quieren hacer en diciembre, bueno, pero no en 2017. No les estamos pidiendo que vayan al Club de París o con Christine Lagarde [titular del FMI]. Criticaron durante mucho tiempo los subsidios, pero ahora los quiere prolongar para el 2017. Tengo muchos defectos, pero no soy mentirosa, digo lo que pienso.
Pido a todos innovación en los comportamientos, en las cabezas, no nos va a servir de nada vacas clonados, puentes espaciales, si no innovamos en comportamiento. Ese péndulo que se convirtió en masa no fue ni más ni menos que producto de nuestro comportamiento en nuestros 200 años.
Quiero decirles que yo siento a mi país con mucha fuerza, con la inmensa responsabilidad, la más grande. Quiero que sepan que van a tener en mí con alguien con quien hablar. Pero cuando me vengan a hablar de economía, quiero que me vengan con números y vamos a poder acordar. No creo que ninguno de ustedes quiera volver a ese mundo que vivimos.
No quiero que vuelva a pasar aquí, y depende de quienes estamos en la esfera productiva y nuestra responsabilidad con los que todavía están afuera. A todos los empresarios, a todos los que generan bienes o servicios, decirles que siempre van a encontrar en mí a una presidenta para hablar, porque siento que el crecimiento, la justicia, es lo que nos ha valido reconocimiento. Al principio para criticarnos y hoy para preguntar cómo hicimos. Ayúdennos a que todos nos equivoquemos menos.
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