Con el correr de los años muchos fueron los analistas de acontecimientos pasados que generaron una suerte de “Túnel del tiempo” a través del cual se permitieron cuestionar las acciones de los protagonistas de épocas pasadas, emergieron teorías peregrinas sobre si tal o cual no hubiere hecho ciertas cosas no se habría llegado a las actuales consecuencias.Este tipo de ilógicas elucubraciones no pueden cambiar los hechos ni el curso de la historia de imperios, países y naciones, los cuales con errores o no dejaron sus huellas, por eso tratar de interpretar y poner en tela de juicio las acciones de otros no se corresponde como solución alguna para corregir situaciones del presente.
Muchos se sientes iluminados por realizar este tipo de evaluaciones, “si Napoleón hubiera decidido su estrategia militar de equis forma, los resultados obtenidos habrían cambiado la historia de Europa, si los conquistadores españoles no hubieran salido de su reino, otra sería la suerte de América, si Stalin se hubiera quedado en su Georgia natal, millones hubieran salvado sus vidas”, esta facilidad para determinar culpables a quienes adjudicarles las desgracias del presente, ha sido tomada como regla por el gobierno argentino, logrando dividir al país en dos, una parte que agrupa a las minorías y la otra al pueblo en general, que si bien es mayoría se encuentra relegado al momento de las decisiones por no compartir la ideología del régimen.
Como espectadores de la realidad estos ciudadanos que definitivamente son quienes aportan los dineros necesarios para mantener esa minoría ociosa que vive del Estado, son quienes se encuentran desprotegidos y marginados por el poder hegemónico que dice gobernar para todos los argentinos.
A ocho años de la gestión Kirchner…, la indiferencia y el castigo se han afianzado en el trato con los ciudadanos, siendo denostados en un discurso presidencial caracterizado por la mentira y la desvergüenza.
Sin ningún tipo de reparos la Presidente dirige afiebradas disertaciones en nombre de todos lo argentinos, aún en el exterior, como ha sucedido en la reciente visita a México, en la que la Primer Mandataria descargó todos sus engaños sobre las condiciones económicas del país, respaldándose en índices fraudulentos y pintando una bonanza inexistente ante los empresarios mexicanos.
Mientras en el país la corrupción extendida dentro del Estado aflora, en una demostración del deterioro de los sistemas de control, todo está saliendo a la luz. Con el último capítulo ardiendo en el país suscitado por el escandalo en la Asociación de Madres de Plaza Mayo, que justamente enloda aún más el manejo de los fondos públicos, la Señora se ha permitido ensalzar su gestión adosando auto halagos a su persona. Una inflación que se acelera, inseguridad en lo jurídico, en las personas y hasta en la aviación aerocomercial, y a todo esto se deberá sumar la inexistencia de un estado de derecho, que ni siquiera resguarda la libertad de expresión.
No obstante la Señora Kirchner se arrogó en el país azteca la representación del pueblo, exponiéndolo como cómplice de sus mentiras, las que subrayó con su declamación de una gestión transparente y democrática.
La honestidad no es precisamente la senda elegida por la Señora, y anteriormente por su difunto esposo, ambos construyeron el poder a partir de cimientos totalitarios. Hoy en busca de una eterna continuidad, la Señora Presidente nuevamente aclamó -“con mucho orgullo sin soberbia, con humildad pero con orgullo, que creemos que hemos encontrado un rumbo, que no queremos tomarlo como una teoría a aplicarse en todos lados, es simplemente lo que hemos hecho, lo que hemos construido nosotros superando y logrando el crecimiento económico, la inclusión social más importante en nuestros 200 años de historia.”
Repitiendo hasta el cansancio los logros obtenidos, olvidó por completo, hablar de los piquetes que maltratan a los argentinos, que cortan diariamente las calles de la ciudad, de los OKupas, del narcotráfico, de la drogadicción, de la desidia de la salud pública, de la pobreza, de la desnutrición infantil, por la que mueren cientos de niños al año, de el robo de los fondos privados de los jubilados (AFJP), del negocio de los DD. HH, de la decadencia de la educación, del manejo de los medios de comunicación, comprados ó alquilados por la pauta oficial y tantas… pero tantas… tras otras… cosas difíciles de enumerar en un solo artículo.
Durante el tiempo que los tuvo como protagonistas primero a Néstor Kirchner y luego a su viuda en el gobierno, solo se han ocupado de terminar con las instituciones del país, recurriendo a odios y revanchas, incorporando guerras intestinas que están acabando con el cuerpo social sentenciado a pagar las culpas ajenas y librando de las mismas a terroristas subversivos, los que hoy son reconocidos como los héroes de un pasado violento que ellos mismos protagonizaron con sus barbaries.
Barbaries que fueron disfrazadas por un ex Presidente y su relevo en la presidencia Cristina Kirchner quienes se auto-incluyen entre los protagonistas de las mismas y hoy proclama su gratitud a México y a sus habitantes por haber recibido a los muchos compañeros perseguidos que allí buscaron refugio.
Pero según las realidades de esos momentos, eran partícipes de una guerra sucia en la que se atentó contra dos gobiernos constitucionales simplemente para tomar el poder, lo que no resultó y los obligó a escapar como supuestos perseguidos políticos.
La cita de la señora Kirchner resultó poco fortuita y por demás irrespetuosa cuando manifestó estar representando a todos los argentinos, algo que resulta por demás inconsistente debido a que solamente esas afinidades ideológicas se corresponden con una minoría que se encuentra casualmente dentro del mismo gobierno.
Todos sabemos que no hay vuelta de hoja para corregir los errores del pasado, los héroes seguirán siendo héroes y los terroristas serán siempre lo mismo, perversos agrupados en organizaciones violentas, con delirios de mantener en un puño a los que repudiaron y repudian esas aberrantes conductas.
Lo importante en estos momentos es que los argentinos se decidan a manifestarse, después de todo se encuentran dentro de la mayoría discriminada por el poder absoluto y la historia se debe comenzar a escribir en el presente, sin el compromiso de todos la tiranía se instalará para quedarse.
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela