Entrada destacadaLa editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

La editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

"La primera víctima en una guerra es la verdad". Anónimo. En estos días, la tilinguería seudoizquierdoza, ha bramado ante la pu...

miércoles, 8 de enero de 2014

Diez mil pesos diarios de coima en la Panamericana.

Comisario General Hugo Matzkin:
Todo conductor de vehículos que transite por Panamericana, sobre todo entre la ruta 202 y la 197, sabe que corre el riesgo de ser parado por policías de la provincia de Buenos Aires, que como primera medida exigen que se les entregue la documentación del vehículo para luego extorsionar al conductor hasta lograr obtener no menos de $200. Durante el día se calcula que estos “agentes del orden” paran unos 50 vehículos, recaudando un total de coimas no menor de 10 mil pesos diarios.
Si bien la ley de tránsito 11430 en su capítulo III Artículo 4 inciso 1, indica que el conductor debe exhibir (mostrar) la documentación del vehículo y su carnet de conducir, no dice en todo su articulado que debe entregar tal documentación al policía de tránsito, pero los motopolicías, rápidos en la acción, toman ilegalmente la documentación del conductor y a partir de ese momento comienza el calvario del automovilista.
Si el conductor no entrega la coima sugerida por el personal policial, le es retenido el carnet de conductor, entregándosele una multa que le servirá de permiso sustituto para manejar por 30 días hábiles, tiempo que tiene el conductor para presentarse en la Dirección de Políticas de Seguridad provincial con sede en la Avenida Torcuato de Alvear, en Don Torcuato.
El ciudadano podrá recuperarlo previo pago voluntario que trepa desde los $1200 hasta los $ 2500 (según la cara del infractor), lo que refuerza notablemente el intercambio de dinero sucio entre el secuestrado y el secuestrador. Del supuesto motivo por el cual se labró la supuesta infracción nada se pregunta. Sólo el pago es motivo suficiente para recuperar el carnet.
El policía de tránsito sabe que viola los derechos del conductor, ya que la ley le impide tener en sus manos los documentos exigibles, pero el terror del automovilista y la falta de conocimiento de la legislación son los elementos que juegan a favor de la extorsión.
La particularidad de estos policías de tránsito es que detienen vehículos de menor valor económico en los que van obreros y trabajadores; pero nada hacen con los autos de alta gama que desarrollan hasta 180 kilómetros por hora y que son los protagonistas de verdaderos accidentes y desgracias, no realizan alcoholemias ni controlan que estos sean manejados por gente en sus cabales. Solo el obrero o el vehículo de carga que va por los carriles lentos son acechados por estos señores de uniforme azul.
El comisario general Hugo Matzkin, actual jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires, debería poner sus ojos en la Delegación Don Torcuato de la Policía de Tránsito y bucear en el patrimonio de oficiales y suboficiales, para determinar qué destino toman los 10 mil pesos diarios de coima que se recaudan en la Autopista Panamericana, que por 20 días de “conspicua labor” suman, centavos más centavos menos, unos 200 mil pesos mensuales.
Estas son las cuestiones que dejan a la fuerza policial con una mancha imborrable en el ciudadano, porque por más que las altas esferas busquen la forma de mostrar la dignidad del uniforme, están estos muchachos que encuentran en ese poder otorgado para el cuidado del vecino una manera de extorsionar incautos.
Claudio Izaguirre
Presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina

No hay comentarios:

Publicar un comentario