Jorge Mangeri, el portero detenido por el crimen de la adolescente Ángeles Rawson, quedó aún más comprometido por el testimonio de un compañero de trabajo, que contradijo su primera declaración ante la justicia.

El portero suplente del edificio de la calle Ravignani 2360, del barrio porteño de Palermo, en el que vivía Ángeles, declaró como testigo y ofreció una versión distinta a la de Mangeri.

Según un matutino porteño: “el portero suplente aseguró que no vio en ningún momento trabajar a Mangeri en un edificio vecino”.

Ese testimonio contradice la versión de Mangeri, que manifestó como testigo  ante la fiscal María Paula Asaro antes de autoincriminarse y quedar detenido, que ‘entre el martes y el jueves de la semana pasada realizó trabajos en la edificación vecino’.

Según una fuente judicial: “a pesar de que no están concluidas las pruebas de ADN en torno al caso, los investigadores tendrían suficientes pruebas para pedir el procesamiento de Mangeri como el responsable del homicidio de la joven”.

El equipo del abogado Miguel Ángel Pierri, mientras tanto,  toma  la defensa del imputado, que hasta el momento se niega a hablar en la indagatoria.

Héctor Biondi, abogado que integra el grupo de Pierri indicó ante las cámaras de televisión que: “Vamos a analizar a partir del lunes la situación de la causa y a hablar con Jorge. También a producir la prueba en base a la prueba que tenga la acusación”.

Este viernes los investigadores tendrán los informes de otras pericias realizadas en torno a la causa, como el ADN al portero Jorge Mangeri (45), tras la toma de muestras de sangre, cabellos y saliva.

Una junta médica del Cuerpo Médico Forense revisó ayer a Mangeri para comprobar las lesiones que presentaba en su cuerpo, que él dijo fueron realizadas por torturas policiales, mientras que los investigadores creen que fueron marcas que le provocó Ángeles cuando la atacó.