Entrada destacadaLa editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

La editorial del Diario La Nación, Spandau y los izquierdos humanos.

"La primera víctima en una guerra es la verdad". Anónimo. En estos días, la tilinguería seudoizquierdoza, ha bramado ante la pu...

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La increíble historia de Harold y Mary Luty.


John Jalsevac
1 de noviembre 2011 (Notifam) – Una pareja que había estado casada durante 66 años y que casi nunca pasó un solo día separada, falleció con algunas horas de diferencia a finales del mes pasado, informa el periódico en el Reino Unido, The Daily Mail.
La increíble historia de Harold y Mary Luty fue informada por el periódico del Reino Unido tan sólo unas semanas antes de la muy publicitada muerte de Gordon y Norma Yeager este miércoles pasado.
Los Yeagers, que eran conocidos por la intensa devoción que se profesaban, estuvieron casados durante 72 años, y murieron con una hora de diferencia, tomados de la mano.
Pero mientras que los Yeagers murieron a causa de las lesiones sufridas en un accidente de de auto, la partida simultánea de los Lutys parece haber surgido a partir de nada más que los efectos de la naturaleza y de la fuerza de su amor.
Mary, de 87 años de edad, fue recluida en un asilo de ancianos hasta el momento de su muerte, allí donde Harold iba a visitarla todos los días. Pero sin que Mary lo supiera, a Harold le habían diagnosticado un cáncer después que ella había entrado en el asilo de ancianos, algo de lo cual él no le contó nada.
Un día, después de haber sido dado de alta del hospital luego de una caída, Harold visitó a su esposa, a quien no veía desde hacía dos días.
Su hija informa que, durante la visita, “le dije a papá que mamá estaba resistiendo y él dijo que ‘tal vez nos vamos a ir juntos’”.
“’Él dijo ‘dile a ella que parta’ y ‘quizás ella me está esperando’”.

Muy poco tiempo después ella murió, y Harold lo hizo al día siguiente.
Únete  aquí a una página de Facebook para acabar con el aborto. 
Traducción por José Arturo Quarracino

No hay comentarios:

Publicar un comentario