EUSKAL HERRIA / PAIS VASCO
La izquierda independentista cerró su campaña con la confianza de conseguir un aluvión de votos el próximo domingo 20.
Las encuestas afirman que la coalición Amaiur podría ser la primera fuerza.
Por Carlos Aznárez
desde Donostia (San Sebastián)
Miles de personas llegadas desde toda la geografía vasca abarrotaron este sábado el Velódromo de Anoeta (en San Sebastián) para asistir al acto de cierre de la coalición independentista Amaiur. El sitio elegido es más que emblemático, ya que allí, se experimentaron alegrías y dolores en todos estos años de lucha por la independencia y el socialismo. Fue en ese escenario precisamente donde en noviembre del 2004, Arnaldo Otegi (hoy entre rejas, condenado a diez años de cárcel) anticipara en un discurso memorable algunas pautas del presente que hoy está transcurriendo. Ahora, que la organización ETA ha tomado la histórica decisión de abandonar la lucha armada y ceder el protagonismo a la lucha del pueblo vasco, las elecciones convocadas para el domingo 20 -se eligen diputados y senadores al parlamento español- son vistas también como una nueva oportunidad para demostrar qué quiere y hacia donde va la izquierda patriótica vasca.
La cita en San Sebastián estuvo rodeada de gran expectativa por tratarse de una masiva reafirmación independentista, pero también por todo lo que vive y siente una gran parte de este pueblo, unido ahora en Amaiur. No es para menos: si las encuestas no fallan, la coalición pudiera consagrarse como primera fuerza y obtener una buena cantidad de escaños independentistas en Madrid.
Esta apuesta a la vía política, sumado a la euforia conseguida en las últimas elecciones municipales donde se lograron resultados espectaculares, hizo que el acto alcanzara momentos de gran emoción y entusiasmo. Por ejemplo, cuando más de un centenar de jóvenes vascos (los más sufridos y golpeados por la violenta represión española y francesa) irrumpieron con banderas de Amaiur y dieron una vuelta completa al Velódromo, mientras el público les ovacionaba a rabiar. Dos de estos militantes (Maider Karrere y Andoni Rojo) plantearon con pasión y vehemencia que el camino hacia la independencia es indetenible, pero además homenajearon a aquellos que más han dado en todos estos años y que hoy están las cárceles, palpitando minuto a minuto lo que está ocurriendo en la calle.
Fue en esa ocasión precisamente donde los gritos de apoyo a los presos políticos, para los que se exige una urgente amnistía, llenaron el recinto, mientras un mar de banderas vascas y de Navarra eran agitadas en las gradas.
El acto, montado con una coreografía espectacular, constó de la proyección de excelentes videos de campaña, la adhesión a Amaiur de decenas de concejales y alcaldes independentistas que obtuvieron sus cargos en las últimas elecciones, o la ovación a los candidatos de la propuesta electoral, que treparon al escenario. También se pudo escuchar con particular emoción al trovador Anje Duhalde, quien entonó varias canciones emblemáticas referidas a la situación de los presos vascos o a la represión policial.
Sin embargo, el climax de la noche llegó con el discurso del primer candidato de Amaiur, Iñaki Antigüedad, quien en varias ocasiones puso en pié a todos los presentes señalando que "los políticos profesionales no pueden entender que esto que se da aquí no es política sino el sentimiento de todo un pueblo". Reafirmó que "quieran o no quieran Madrid o Paris, estamos en marcha hacia la independencia y el socialismo". Abogó por cuidar "la unidad de todos los abertzales" y apuntó a no dejar de hacer campaña para sumar "más y más independentistas" para llenar de votos las urnas y "poder hacer oir nuestra voz y nuestras demandas".
Antigüedad arrancó una nueva ovación al recordar al fallecido dirigente de Herri Batasuna, Jon Idígoras, quien como diputado vasco en el Parlamento español, se dirigiera a Felipe González y José María Aznar,advirtiéndoles: "saquen sus sucias manos de Euskal Herria".
El acto de Amaiur culminó con todos los presentes entonando, con el puño en alto, las estrofas del "Eusko Gudariak", himno de los luchadores vascos (gudaris) de ayer, de hoy y de siempre.
No caben dudas de que el momento que vive Euskal Herria es muy especial, donde se combinan la rapidez de los acontecimientos, con los espacios de ilusión y esperanza que estos provocan. Frente a una España que cruje por la crisis capitalista y en la que se espera una casi segura victoria de la extrema derecha representada por el Partido Popular, el avance arrollador del independentismo en la nación vasca significa una correntada de aire fresco. Esto se nota en las calles y en el rostro de sus habitantes, aunque también es verdad que siguen encendidas todas las alarmas por lo que pudieran intentar los herederos "populares" del franquismo. No obstante, a la luz de lo visto en el acto de Anoeta y también en los gestos más que preocupados de la clase política española, todo indica que la independencia ha dejado de ser una hermosa consigna, está a la alcance de la vista, y los vascos y las vascas se aprestan a luchar por ella como lo han hecho siempre. En esa misma sintonía, intentarán sorprender al mundo con la realización, el próximo 7 de enero, de la manifestación más gigantesca que recuerde Euskal Herria. Objetivo: lograr traer de vuelta a casa a los más de 700 presos y presas y a miles de deportados y refugiados. No faltan razones para alegrarse con tan importantes desafíos.
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ELECCIONES EN UN NUEVO TIEMPO
Amaiur llena Anoeta y lo sitúa como «termómetro del cambio político»
Como en los viejos tiempos. Amaiur llenó el velódromo de Anoeta que, como recordó Iñaki Antigüedad, llevaba siete años sin conocer el «calor político». Ayer, de nuevo, se ocuparon sus gradas y su pista, en un «calentamiento global que es señal del cambio político». Líderes de los partidos coaligados, cargos públicos y candidatos reiteraron la apuesta por llevar a Madrid la exigencia del derecho a decidir y el cambio social.
por Iñaki IRIONDO
Por el velódromo de Anoeta han pasado grandes y carismáticos oradores. Ayer se recordó expresamente a dos de ellos entre ovaciones de todos los asistentes puestos en pie. Al «hijo de Juanita Gerrikabeitia», Jon Idigoras. Y al que mañana hará siete años subió a ese mismo escenario con una oferta de paz y ahora está encarcelado: Arnaldo Otegi. Pero, sin duda, quienes acudieron al mitin central de Amaiur tuvieron la oportunidad de comprobar que no faltan todavía candidatos capaces de transmitir sentimiento, emplear el ingenio y lograr poner un punto de humor en la reivindicación política. Desde que tomó la palabra, Iñaki Antigüedad, cabeza de lista por Bizkaia, se ganó a los 15.000 independentistas reunidos y los llevó en volandas hasta el último «Gora Euskal Herria askatuta!»
Fue algo más que un «acto de campaña». Como explicó Antigüedad, «Anoeta no es política, es el sentimiento de un pueblo» algo que «no se puede medir», algo que «los políticos profesionales» no pueden entender.
Pocos minutos después de las cinco de la tarde, cuando los periodistas accedimos a las mesas instaladas para los medios de comunicación, los asientos del velódromo estaba ya llenos, pero todavía faltaba calor en el ambiente. Durante la espera a que comenzara el acto, tan sólo en una ocasión los asistentes se arrancaron con gritos de «independentzia». Pero cuando se apagaron las luces siguió entrando gente que fue ocupando las pistas por las que corren los ciclistas. Hablaron los dirigentes de Aralar, Alternatiba y EA y el clima en el interior de Anoeta fue subiendo grados.
Un centenar de jóvenes entraron en el recinto portando banderas de Amaiur, y en su nombre intervinieron Maider Karrere y Andoni Rojo. Y el termómetro siguió hacia arriba.
Maite Aristegi, cabeza de lista por Gipuzkoa, recordó a Telesforo Monzon y sus deseos de unidad, para añadir que «vamos a ir más lejos que Maltzaga, vamos hasta Madrid». Y también explicó que había tenido la oportunidad de hablar con Jose Luis Elkoro -encarcelado en casa- sobre las actas de las reuniones de Txiberta (recién editadas en un libro), donde también se había buscado la unidad. Y como muestra de la acumulación de fuerzas, más de trescientos cargos electos de Bildu, Nafarroa Bai, Aralar e independientes llenaron el escenario para pedir que el 20N se llenen de votos las urnas.
«Vamos camino de Ajuria Enea»
Cuando Anje Duhalde empezó con el estribillo de «Amnistiaren Dema» los asistentes se pusieron ya en pie, los gritos de «Euskal presoak etxera» se hicieron atronadores, y el velódromo recuperó el espíritu de los 80.
En ese ambiente subieron al estrado los candidatos y candidatas de Amaiur de los cuatro herrialdes y los dirigentes de los partidos coaligados. Ahí tomó la palabra Iñaki Antigüedad.
Comenzó con un agradecimiento a los familiares de presos que en ese instante estarían yendo o volviendo a cárceles de los estados francés y español. Y se comprometió a que «traeremos a nuestros familiares».
A quienes insisten en que «Amaiur no tiene programa», Antigüedad les respondió que «a buen entendedor, pocas palabras bastan». Y añadió que «no es cuestión de medir el programa a peso cuando ni dios lo lee y nadie lo cumple». Destacó que en este caso hay «dos propuestas» y la de Amaiur es la exigencia de un Estado propio que, «si es bueno para los españoles y los franceses, también será bueno para los vascos».
El cabeza de lista de Bizkaia reiteró que «la Cámara alta, la baja y la de en medio» de Madrid «no son nuestras instituciones ni éstas son nuestras elecciones». Pero pidió que nadie se equivoque, porque «estas son unas elecciones en el camino hacia la constitución de un Estado».
Antigüedad aseguró que las elecciones no son «una foto fija», sino «parte de un vídeo». «Venimos del 22 de mayo, pasamos por el 20 de noviembre», y añadió que el siguiente paso es «el asalto de Ajuria Enea, para quitar al okupa y acabar con el Parlamento transgénico». En ese camino, «a Madrid iremos cuando haya que ir y diremos lo que haya que decir; pero para nosotros no es la vía principal, es un carril de servicio».
Que se abstengan otros
Tomando como referencia la encuesta publicada ayer por GARA, Iñaki Antigüedad se fijó en que hay entre un 25 y un 26% de abtencionistas. Y confió en que «se abstengan los constitucionalistas». A quienes le estaban escuchando les puso deberes: «si conocéis algún independentista, de esos puros-puros, que dicen que éstas no son sus elecciones ni sus instituciones y que se va a abstener, le llamáis `artaburu'. Que mire cuál es la secuencia, que éste es un voto bumerán que se lanza desde Euskal Herria, va a Madrid, coge fuerza, y vuelve a Euskal Herria».
Y terminó su intervención recordando que mañana lunes, 14 de noviembre, hará siete años de que allí mismo habló Arnaldo Otegi. Quiso recoger dos de los mensajes que habitualmente suele lanzar el líder ahora preso, pero fue difícil escucharle, porque los 15.000 presentes, puestos en pie, no paraban de aplaudir. El primer mensaje fue el de que «en política vence el que convence». El segundo, «sonreíd porque vamos a ganar». Ya de pie, los asistentes solo dejaron de aplaudir para entonar el «Eusko Gudariak».
Patxi Zabaleta: «Valor añadido»
El primero en tomar la palabra en el mitin de ayer fue el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, quien llamó a votar a Amaiur porque tanto en Nafarroa como en el resto de Euskal Herria es el único voto con «valor añadido». Un «valor añadido que se lo conceden también los enemigos», por lo que será el que estarán contando de forma especial la noche del 20N.
Zabaleta, hablando especialmente para Nafarroa, aseguró que «éste no es momento de marcar diferencias, sino de unir fuerzas».
Aprovechando que el acto de Anoeta coincidía con un mitin en Iruñea de Mariano Rajoy y Yolanda Barcina, Patxi Zabaleta se preguntó «cómo pueden burlarse» de la ciudadanía «hablando de cambio» quienes llevan ya «cuarenta años gobernando y lo hicieron también los cuarenta anteriores durante la dictadura franquista».
El coordinador general de Aralar concluyó su intervención recordando a los presos políticos vascos y asegurando que «su libertad será nuestra libertad».
«Indignación se llama Amaiur»
El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, fue el segundo en intervenir. Señaló que «PP, PSOE y PNV, aunque con siglas distintas, defienden los mismos intereses de la clase dominante». Apuntó que su genuflexión ante los mercados ha generado indignación y que «esa indignación, en Euskal Herria, tiene nombre y se llama Amaiur.
Oskar Matute auguró al PP una «victoria amarga» aunque se imponga a nivel estatal, porque Amaiur será su resaca al día siguiente de las elecciones y en las instituciones.
El valor de la unidad
El secretario general de EA, Pello Urizar, destacó el valor de la «unidad de los independentistas» que la sociedad venía demandando desde hace tiempo.
Aseguró que en estos momentos «tenemos una oportunidad histórica para la resolución definitiva del conflicto y no la podemos desaprovechar».
En términos muy similares se expresó también Maite Aristegi, cabeza de lista por Gipuzkoa. Dijo tener claro a qué irán a Madrid cuando sean elegidos y pidió que «no nos líen con leyes y normas impuestas. Pedimos algo muy simple: respeto. Que reconozcan nuestra identidad nacional y que respeten nuestro derecho a decidir». Tras asegurar que «el elefante se va a mover», cerro su intervención cantando un bertso.
Los primeros oradores en poner en pie a quienes llenaron el velódromo fueron Maider Karrere y Andoni Rojo, que hablaron en nombre de los jóvenes. Con impetuosa oratoria, Karrere destacó el trabajo realizado por una unidad de distintos que «no van a conseguir romper» y «abogó por la independencia como herramienta de futuro».
Rojo recordó a los jóvenes detenidos, torturados y presos. Y pidió llenar las urnas de votos para dar continuidad a «jóvenes y mayores cuya lucha nos ha traído hasta aquí».
Independentistas con «fundamento»
I. IRIONDO
Sábado, 12 de noviembre. Ni llueve ni hace frío. Al contrario. El viento sur mantiene un ambiente templado y el sol alegra una jornada de otoño difícil de encontrar tan azul en Euskal Herria. Es el día ideal para irse a dar una vuelta por donde uno prefiera, las cercanías del mar o cualquiera de esos montes donde el verde de los prados se mezcla con la infinidad de tonos ocres de los árboles. Y, sin embargo, hay quince mil personas que en esas condiciones ayer prefirieron meterse dentro del velódromo de Anoeta a escuchar lo que ya sabían que les iban a decir.
Evidentemente no es una cuestión de locura sino de vivir con pasión la lucha por la libertad, de dar valor al trabajo colectivo. Un sentimiento que en el terreno político sólo pueden mantener aquellos que sienten que siguen teniendo razones para luchar. Iñaki Antigüedad dijo ayer que «los musulmanes van una vez en la vida a la Meca. Los soberanistas de izquierda, una vez por campaña a Anoeta». Ironizó el candidato con que ya estaba escuchando a quienes decían «veis, son fundamentalistas». Y les respondió que «no, no somos fundamentalistas sino gente con fundamento».
Gente de todas las edades, además. Jóvenes, adultos y de esos que ya han entrado en la llamada tercera edad e incluso algunos que van más lejos. Y todos cantaron juntos el «Eusko Gudariak» como no hace ya ningún otro esector político. El velódromo no es sitio para mítines, sino un encuentro con el sentimient
La izquierda independentista cerró su campaña con la confianza de conseguir un aluvión de votos el próximo domingo 20.
Las encuestas afirman que la coalición Amaiur podría ser la primera fuerza.
Por Carlos Aznárez
desde Donostia (San Sebastián)
Miles de personas llegadas desde toda la geografía vasca abarrotaron este sábado el Velódromo de Anoeta (en San Sebastián) para asistir al acto de cierre de la coalición independentista Amaiur. El sitio elegido es más que emblemático, ya que allí, se experimentaron alegrías y dolores en todos estos años de lucha por la independencia y el socialismo. Fue en ese escenario precisamente donde en noviembre del 2004, Arnaldo Otegi (hoy entre rejas, condenado a diez años de cárcel) anticipara en un discurso memorable algunas pautas del presente que hoy está transcurriendo. Ahora, que la organización ETA ha tomado la histórica decisión de abandonar la lucha armada y ceder el protagonismo a la lucha del pueblo vasco, las elecciones convocadas para el domingo 20 -se eligen diputados y senadores al parlamento español- son vistas también como una nueva oportunidad para demostrar qué quiere y hacia donde va la izquierda patriótica vasca.
La cita en San Sebastián estuvo rodeada de gran expectativa por tratarse de una masiva reafirmación independentista, pero también por todo lo que vive y siente una gran parte de este pueblo, unido ahora en Amaiur. No es para menos: si las encuestas no fallan, la coalición pudiera consagrarse como primera fuerza y obtener una buena cantidad de escaños independentistas en Madrid.
Esta apuesta a la vía política, sumado a la euforia conseguida en las últimas elecciones municipales donde se lograron resultados espectaculares, hizo que el acto alcanzara momentos de gran emoción y entusiasmo. Por ejemplo, cuando más de un centenar de jóvenes vascos (los más sufridos y golpeados por la violenta represión española y francesa) irrumpieron con banderas de Amaiur y dieron una vuelta completa al Velódromo, mientras el público les ovacionaba a rabiar. Dos de estos militantes (Maider Karrere y Andoni Rojo) plantearon con pasión y vehemencia que el camino hacia la independencia es indetenible, pero además homenajearon a aquellos que más han dado en todos estos años y que hoy están las cárceles, palpitando minuto a minuto lo que está ocurriendo en la calle.
Fue en esa ocasión precisamente donde los gritos de apoyo a los presos políticos, para los que se exige una urgente amnistía, llenaron el recinto, mientras un mar de banderas vascas y de Navarra eran agitadas en las gradas.
El acto, montado con una coreografía espectacular, constó de la proyección de excelentes videos de campaña, la adhesión a Amaiur de decenas de concejales y alcaldes independentistas que obtuvieron sus cargos en las últimas elecciones, o la ovación a los candidatos de la propuesta electoral, que treparon al escenario. También se pudo escuchar con particular emoción al trovador Anje Duhalde, quien entonó varias canciones emblemáticas referidas a la situación de los presos vascos o a la represión policial.
Sin embargo, el climax de la noche llegó con el discurso del primer candidato de Amaiur, Iñaki Antigüedad, quien en varias ocasiones puso en pié a todos los presentes señalando que "los políticos profesionales no pueden entender que esto que se da aquí no es política sino el sentimiento de todo un pueblo". Reafirmó que "quieran o no quieran Madrid o Paris, estamos en marcha hacia la independencia y el socialismo". Abogó por cuidar "la unidad de todos los abertzales" y apuntó a no dejar de hacer campaña para sumar "más y más independentistas" para llenar de votos las urnas y "poder hacer oir nuestra voz y nuestras demandas".
Antigüedad arrancó una nueva ovación al recordar al fallecido dirigente de Herri Batasuna, Jon Idígoras, quien como diputado vasco en el Parlamento español, se dirigiera a Felipe González y José María Aznar,advirtiéndoles: "saquen sus sucias manos de Euskal Herria".
El acto de Amaiur culminó con todos los presentes entonando, con el puño en alto, las estrofas del "Eusko Gudariak", himno de los luchadores vascos (gudaris) de ayer, de hoy y de siempre.
No caben dudas de que el momento que vive Euskal Herria es muy especial, donde se combinan la rapidez de los acontecimientos, con los espacios de ilusión y esperanza que estos provocan. Frente a una España que cruje por la crisis capitalista y en la que se espera una casi segura victoria de la extrema derecha representada por el Partido Popular, el avance arrollador del independentismo en la nación vasca significa una correntada de aire fresco. Esto se nota en las calles y en el rostro de sus habitantes, aunque también es verdad que siguen encendidas todas las alarmas por lo que pudieran intentar los herederos "populares" del franquismo. No obstante, a la luz de lo visto en el acto de Anoeta y también en los gestos más que preocupados de la clase política española, todo indica que la independencia ha dejado de ser una hermosa consigna, está a la alcance de la vista, y los vascos y las vascas se aprestan a luchar por ella como lo han hecho siempre. En esa misma sintonía, intentarán sorprender al mundo con la realización, el próximo 7 de enero, de la manifestación más gigantesca que recuerde Euskal Herria. Objetivo: lograr traer de vuelta a casa a los más de 700 presos y presas y a miles de deportados y refugiados. No faltan razones para alegrarse con tan importantes desafíos.
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ELECCIONES EN UN NUEVO TIEMPO
Amaiur llena Anoeta y lo sitúa como «termómetro del cambio político»
Como en los viejos tiempos. Amaiur llenó el velódromo de Anoeta que, como recordó Iñaki Antigüedad, llevaba siete años sin conocer el «calor político». Ayer, de nuevo, se ocuparon sus gradas y su pista, en un «calentamiento global que es señal del cambio político». Líderes de los partidos coaligados, cargos públicos y candidatos reiteraron la apuesta por llevar a Madrid la exigencia del derecho a decidir y el cambio social.
por Iñaki IRIONDO
Por el velódromo de Anoeta han pasado grandes y carismáticos oradores. Ayer se recordó expresamente a dos de ellos entre ovaciones de todos los asistentes puestos en pie. Al «hijo de Juanita Gerrikabeitia», Jon Idigoras. Y al que mañana hará siete años subió a ese mismo escenario con una oferta de paz y ahora está encarcelado: Arnaldo Otegi. Pero, sin duda, quienes acudieron al mitin central de Amaiur tuvieron la oportunidad de comprobar que no faltan todavía candidatos capaces de transmitir sentimiento, emplear el ingenio y lograr poner un punto de humor en la reivindicación política. Desde que tomó la palabra, Iñaki Antigüedad, cabeza de lista por Bizkaia, se ganó a los 15.000 independentistas reunidos y los llevó en volandas hasta el último «Gora Euskal Herria askatuta!»
Fue algo más que un «acto de campaña». Como explicó Antigüedad, «Anoeta no es política, es el sentimiento de un pueblo» algo que «no se puede medir», algo que «los políticos profesionales» no pueden entender.
Pocos minutos después de las cinco de la tarde, cuando los periodistas accedimos a las mesas instaladas para los medios de comunicación, los asientos del velódromo estaba ya llenos, pero todavía faltaba calor en el ambiente. Durante la espera a que comenzara el acto, tan sólo en una ocasión los asistentes se arrancaron con gritos de «independentzia». Pero cuando se apagaron las luces siguió entrando gente que fue ocupando las pistas por las que corren los ciclistas. Hablaron los dirigentes de Aralar, Alternatiba y EA y el clima en el interior de Anoeta fue subiendo grados.
Un centenar de jóvenes entraron en el recinto portando banderas de Amaiur, y en su nombre intervinieron Maider Karrere y Andoni Rojo. Y el termómetro siguió hacia arriba.
Maite Aristegi, cabeza de lista por Gipuzkoa, recordó a Telesforo Monzon y sus deseos de unidad, para añadir que «vamos a ir más lejos que Maltzaga, vamos hasta Madrid». Y también explicó que había tenido la oportunidad de hablar con Jose Luis Elkoro -encarcelado en casa- sobre las actas de las reuniones de Txiberta (recién editadas en un libro), donde también se había buscado la unidad. Y como muestra de la acumulación de fuerzas, más de trescientos cargos electos de Bildu, Nafarroa Bai, Aralar e independientes llenaron el escenario para pedir que el 20N se llenen de votos las urnas.
«Vamos camino de Ajuria Enea»
Cuando Anje Duhalde empezó con el estribillo de «Amnistiaren Dema» los asistentes se pusieron ya en pie, los gritos de «Euskal presoak etxera» se hicieron atronadores, y el velódromo recuperó el espíritu de los 80.
En ese ambiente subieron al estrado los candidatos y candidatas de Amaiur de los cuatro herrialdes y los dirigentes de los partidos coaligados. Ahí tomó la palabra Iñaki Antigüedad.
Comenzó con un agradecimiento a los familiares de presos que en ese instante estarían yendo o volviendo a cárceles de los estados francés y español. Y se comprometió a que «traeremos a nuestros familiares».
A quienes insisten en que «Amaiur no tiene programa», Antigüedad les respondió que «a buen entendedor, pocas palabras bastan». Y añadió que «no es cuestión de medir el programa a peso cuando ni dios lo lee y nadie lo cumple». Destacó que en este caso hay «dos propuestas» y la de Amaiur es la exigencia de un Estado propio que, «si es bueno para los españoles y los franceses, también será bueno para los vascos».
El cabeza de lista de Bizkaia reiteró que «la Cámara alta, la baja y la de en medio» de Madrid «no son nuestras instituciones ni éstas son nuestras elecciones». Pero pidió que nadie se equivoque, porque «estas son unas elecciones en el camino hacia la constitución de un Estado».
Antigüedad aseguró que las elecciones no son «una foto fija», sino «parte de un vídeo». «Venimos del 22 de mayo, pasamos por el 20 de noviembre», y añadió que el siguiente paso es «el asalto de Ajuria Enea, para quitar al okupa y acabar con el Parlamento transgénico». En ese camino, «a Madrid iremos cuando haya que ir y diremos lo que haya que decir; pero para nosotros no es la vía principal, es un carril de servicio».
Que se abstengan otros
Tomando como referencia la encuesta publicada ayer por GARA, Iñaki Antigüedad se fijó en que hay entre un 25 y un 26% de abtencionistas. Y confió en que «se abstengan los constitucionalistas». A quienes le estaban escuchando les puso deberes: «si conocéis algún independentista, de esos puros-puros, que dicen que éstas no son sus elecciones ni sus instituciones y que se va a abstener, le llamáis `artaburu'. Que mire cuál es la secuencia, que éste es un voto bumerán que se lanza desde Euskal Herria, va a Madrid, coge fuerza, y vuelve a Euskal Herria».
Y terminó su intervención recordando que mañana lunes, 14 de noviembre, hará siete años de que allí mismo habló Arnaldo Otegi. Quiso recoger dos de los mensajes que habitualmente suele lanzar el líder ahora preso, pero fue difícil escucharle, porque los 15.000 presentes, puestos en pie, no paraban de aplaudir. El primer mensaje fue el de que «en política vence el que convence». El segundo, «sonreíd porque vamos a ganar». Ya de pie, los asistentes solo dejaron de aplaudir para entonar el «Eusko Gudariak».
Patxi Zabaleta: «Valor añadido»
El primero en tomar la palabra en el mitin de ayer fue el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, quien llamó a votar a Amaiur porque tanto en Nafarroa como en el resto de Euskal Herria es el único voto con «valor añadido». Un «valor añadido que se lo conceden también los enemigos», por lo que será el que estarán contando de forma especial la noche del 20N.
Zabaleta, hablando especialmente para Nafarroa, aseguró que «éste no es momento de marcar diferencias, sino de unir fuerzas».
Aprovechando que el acto de Anoeta coincidía con un mitin en Iruñea de Mariano Rajoy y Yolanda Barcina, Patxi Zabaleta se preguntó «cómo pueden burlarse» de la ciudadanía «hablando de cambio» quienes llevan ya «cuarenta años gobernando y lo hicieron también los cuarenta anteriores durante la dictadura franquista».
El coordinador general de Aralar concluyó su intervención recordando a los presos políticos vascos y asegurando que «su libertad será nuestra libertad».
«Indignación se llama Amaiur»
El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, fue el segundo en intervenir. Señaló que «PP, PSOE y PNV, aunque con siglas distintas, defienden los mismos intereses de la clase dominante». Apuntó que su genuflexión ante los mercados ha generado indignación y que «esa indignación, en Euskal Herria, tiene nombre y se llama Amaiur.
Oskar Matute auguró al PP una «victoria amarga» aunque se imponga a nivel estatal, porque Amaiur será su resaca al día siguiente de las elecciones y en las instituciones.
El valor de la unidad
El secretario general de EA, Pello Urizar, destacó el valor de la «unidad de los independentistas» que la sociedad venía demandando desde hace tiempo.
Aseguró que en estos momentos «tenemos una oportunidad histórica para la resolución definitiva del conflicto y no la podemos desaprovechar».
En términos muy similares se expresó también Maite Aristegi, cabeza de lista por Gipuzkoa. Dijo tener claro a qué irán a Madrid cuando sean elegidos y pidió que «no nos líen con leyes y normas impuestas. Pedimos algo muy simple: respeto. Que reconozcan nuestra identidad nacional y que respeten nuestro derecho a decidir». Tras asegurar que «el elefante se va a mover», cerro su intervención cantando un bertso.
Los primeros oradores en poner en pie a quienes llenaron el velódromo fueron Maider Karrere y Andoni Rojo, que hablaron en nombre de los jóvenes. Con impetuosa oratoria, Karrere destacó el trabajo realizado por una unidad de distintos que «no van a conseguir romper» y «abogó por la independencia como herramienta de futuro».
Rojo recordó a los jóvenes detenidos, torturados y presos. Y pidió llenar las urnas de votos para dar continuidad a «jóvenes y mayores cuya lucha nos ha traído hasta aquí».
Independentistas con «fundamento»
I. IRIONDO
Sábado, 12 de noviembre. Ni llueve ni hace frío. Al contrario. El viento sur mantiene un ambiente templado y el sol alegra una jornada de otoño difícil de encontrar tan azul en Euskal Herria. Es el día ideal para irse a dar una vuelta por donde uno prefiera, las cercanías del mar o cualquiera de esos montes donde el verde de los prados se mezcla con la infinidad de tonos ocres de los árboles. Y, sin embargo, hay quince mil personas que en esas condiciones ayer prefirieron meterse dentro del velódromo de Anoeta a escuchar lo que ya sabían que les iban a decir.
Evidentemente no es una cuestión de locura sino de vivir con pasión la lucha por la libertad, de dar valor al trabajo colectivo. Un sentimiento que en el terreno político sólo pueden mantener aquellos que sienten que siguen teniendo razones para luchar. Iñaki Antigüedad dijo ayer que «los musulmanes van una vez en la vida a la Meca. Los soberanistas de izquierda, una vez por campaña a Anoeta». Ironizó el candidato con que ya estaba escuchando a quienes decían «veis, son fundamentalistas». Y les respondió que «no, no somos fundamentalistas sino gente con fundamento».
Gente de todas las edades, además. Jóvenes, adultos y de esos que ya han entrado en la llamada tercera edad e incluso algunos que van más lejos. Y todos cantaron juntos el «Eusko Gudariak» como no hace ya ningún otro esector político. El velódromo no es sitio para mítines, sino un encuentro con el sentimient
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