Según denunció la víctima, concurrió a una fiesta privada de la mano con su novio y en el lugar fue agredido. Los atacantes le dijeron: “El Papa es argentino, no puede haber gays argentinos”.
Pedro Robledo fue invitado a una fiesta y fue con su novio y un grupo de amigos. Todo transcurría normalmente hasta que alguien se acercó y le exigió separarse de su novio, con quien caminaba tomado de la mano. “Yo pensé que era un chiste”, dijo Pedro.
“Con mi novio nos miramos y le decimos ‘por qué’. Ahí se acerca el hermano de este chico y nos empiezan a gritar que esta era una familia católica y que estábamos ofendiendo a toda la fiesta y a la familia”.
La fiesta se llevó a cabo en San Isidro en una casa particular y festejaban la llegada de unos jóvenes que habían vuelto de un viaje por los Estados Unidos.
“Nos empezaron a gritar ‘putos de mierda, váyanse de acá. Ustedes no pueden procrear y por lo tanto son deformes, se tienen que ir de acá”, les gritaron dos jóvenes que aparentemente serían hermanos.
Pero la frase que más le impactó a Pedro fue: “El Papa es argentino: no puede haber putos argentinos”.
La víctima respondió que eso no tenía nada que ver porque él era católico y comulgaba: “Parecía como si le hubiese dicho lo peor que escuchó en su vida. Me metió una piña en la cara y yo me caí al piso y desde ahí todo lo que voy a contar me lo contó mi novio”.
“Me empezaron a gritar en el oído ‘puto de mierda, levantate’”, sostuvo; mientras, sus hermanas y amigos intentaban frenar a los agresores.
El joven fue admitido al sanatorio Las Lomas de San Isidro alrededor de las 3:30 del domingo, de donde se fue a las 8:30 de la mañana. “Yo no recuerdo nada, solo cuando me levanté y hablé con la médica”.
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