Vive en una de las zonas más pobres del distrito. Asegura que dirigentes de la agrupación la golpearon y hasta intentaron tajearle la cara. Denuncia venta de drogas y manejos con viviendas sociales.
Se llama Alejandra Morales, su rostro guarda las huellas de los golpes que recibió, moretones de todos los colores y tamaños, cuando, según denuncia, fue golpeada salvajemente y frente a su hija de 9 años por integrantes de la agrupación La Cámpora de Ezeiza. “Son Tamara Moreno y Fidel Napuri, de La Cámpora de Ezeiza, me tiré al suelo y me tapé la cara porque tenían una navaja”, relata a plazademayo.com.
Morales vive y convive a diario con los problemas de su barrio, sin cloacas, con cortes de agua, con calles de tierra, inundado de pobreza inocultable. A eso, le suma otro combate, el de denunciar a quienes comercializan droga y a quienes sin vueltas denomina “transas”. Si bien los denunció en la Fiscalía de Lomas de Zamora, la mujer asegura que una red de complicidad entre el jefe de calle, la policía y hasta el mismísimo intendente Alejandro Granados no la escuchan y buscan amedrentarla para que deje de hablar.
“Me golpearon un grupo de personas de La Cámpora de Ezeiza, liderado por Fredy Sánchez quien respalda a esta gente liderada por un ciudadano peruano que denuncié por venta de drogas, conjuntamente con otros miembros de este lugar que usan como pantalla a la solidaridad. Entraron a mi casa, me arrastraron hasta afuera y ahí empezaron a patearme y a golpearme, en un momento veo una navaja y todo el tiempo me decían que me van a matar si no me voy del barrio”, asegura la mujer que lamenta no tener los ingresos necesarios para acceder a un patrocinio legal que la oriente. “No se cómo manejarme, no sé qué hacer para estar más segura”, admite.
Plazademayo.com consultó a Fredy Sánchez por las acusaciones y señaló al respecto que “a la Presidenta también le pegan todos los días”. “No nos ponemos a contestar estas cosas, estamos en los barrios para trabajar y construir y para hacer cosas, no para meternos con esta mujer que tiene hasta problemas mentales”.
“No vamos a decir si tenemos o no razón porque la verdad es que no está en eso La Cámpora, no andamos en ese tipo de cosas, yo tengo hasta a mis hijos militando acá”, aseguró Sánchez.
“Me querían y me quieren sacar del barrio porque como referente social había hecho una denuncia por venta de drogas y por el manejo que hacen con las viviendas sociales en la zona de Sol de Oro, desde ahí vivo cada día un calvario, La Cámpora todavía no se acercó a mi ni a mi familia para explicar ni para desmentir nada”, relata la mujer.
Sin embargo, no es la primera vez para esta referente. Al menos en materia de persecuciones: “Me han roto los vidrios de casa, me prendieron fuego en la puerta, denuncio con testigos y todo pero Granados y el Comisario Núñez Calderón hacen oídos sordos”, asegura angustiada. Es que luego de que Alejandra sufriera la ultima golpiza, le aseguraron custodia y seguridad, que aún no llega.
Hace poco, esta mujer comenzó a filmar y a fotografiar las necesidades de su barrio y a subirlas a una página de Facebook llamada
Ezeiza Libre. “
Esto es tierra de nadie”, asegura. Y remarca que la violencia se ejerce sobre todo con las mujeres, las más preocupadas por el futuro de sus hijos y quienes consecuentemente se animan a levantar la voz.
Actualmente, ni siquiera lleva a sus hijos al colegio, porque también reciben amenazas, “hasta que no me hagan un perimetral para todos ellos no lo haré”. Resignada o al menos cansada asegura que “zafé por casi diez años pero ya me habían dicho que para militar en Ezeiza necesitaba un padrino, me llegó la hora, como a todo referente que no se vende”, se lamenta.
Si bien asegura no perder “la fe en Cristo” poco queda hoy de la mujer que se paraba sonriente, rodeada de niños y con los dedos en V. Habla con una certeza que asusta, casi como si conociera su destino: “Me quieren bajar desde lo político e incluso quizás sacándome la vida o lastimarme a un hijo”, confiesa.
Mientras respondía las preguntas a plazademayo.com, dos autos se pararon frente a su casa en actitud desafiante. “Yo les digo que el mas vencedor esta conmigo, un líder superior a cualquier mafioso o padrino, que es Cristo”, dice como queriéndose convencer de que todavía tiene una esperanza.
