Identificado los restos de Ricardo Salinas.

TUCUMÁN

Ricardo Salinas, ¡Presente!  (AW) La semana pasada el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) le informó a la familia que había identificado los restos de Ricardo en Arsenales. Había sido desaparecido en el 77 en Jujuy junto a su esposa Silvana Parrile, fueron vistos en Jefatura, y su causa irá a juicio en la próxima megacausa en Octubre. Fue al Gymnasium y participó de la histórica huelga que volteó a la directora fascista que ese colegio supo tener, militó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Fuente: Contrapunto. Por HIJOS Tucumán. EL martes 4 vamos a velarlo en la empresa Galvez (Av. Colón 750) desde el mediodía hasta mañana al mediodía que lo enterraremos en el Cementerio de la Paz (Yerba Buena). El siguiente es un poema que escribió Ricardo, él era carpintero, fue al Gymnasium y participó de la histórica huelga que volteó a la directora fascista que ese colegio supo tener (Elida Pascualini de Acosta, quien después integró el bussismo). Militó en el PRT. Hoy vuelve con la familia que nunca dejó de buscarlo ni de exigir justicia por él y todos los que el genocidio se llevó. De pronto, mirando descuidadamente a Ricardo lo encuentro con los brazos azules, como quien hubiese abrazado al cielo. Le observo las manos, y me cosquillea un poco el canto que le brota por los cinco costados. Escucho su risa, y encuentro en sus ojos algo así como otros ojos que lo acarician desde adentro. No sé bien qué palabras estará inventando (ayer descubrió que extrañarte quiere decir te amo). No sé bien qué ilusiones estará explorando (hoy dijo que los sueños no ocupan lugar). Y ya no tiene la voz cansada de haber caminado leguas de subidas y dolores, de vados, cerros y ausencias, de senderos, aldeas y soledad. Desde aquí puedo sentir su risa, puedo tocar los bordes florecidos de su dicha. Desde aquí abarco (no del todo) el valle interminable de su alegría, con los sauces que ya no lloran, y con el río que sólo canta un nombre. Y me digo que ya no es lo mismo, con algo llenó su caminar vacío con alguna cosa alegró la calle de siempre, que ya no es tan triste. Alguna música lo enamoró tanto que del silencio sólo le quedan dos o tres gotas locas. De pronto, como sin apuro, lo miro, y me pregunto si sabrá que su sonrisa parece dos brazos abiertos. Lo miro, lo encuentro íntegro en su sol, y mientras camino calle abajo me digo: ¡qué suerte, qué suerte saber que ese, justamente ese, soy yo! RICARDO SALINAS (desaparecido el 7 de Enero de 1977, identificado por el EAAF el 28 de Agosto de 2012)