LIBIA
El nuevo primer ministro, Abdelrahim Elkib, pertenece a una familia millonaria de la capital
MIKEL AYESTARAN
01/11/2011
AP
El nuevo primer ministro habla en Trípoli
Libia cuenta con un nuevo primer ministro que tiene por delante la misión de resolver los problemas a los que se enfrenta la nueva era que empieza en el país después de 42 años de dictadura. Los enfrentamientos entre milicias rebeldes y los excesos cometidos en los feudos gadafistas como Sirte, Bani Walid o Tawarga han dado la bienvenida a Abdelrahim Elkib, miembro de una familia millonaria de Trípoli que controla el mercado de la seda.
«Estamos implicados en la construcción de una nación respetuosa con los derechos del hombre y que no aceptará violaciones de los mismos», señaló el nuevo primer ministro nada más conocer su victoria pormayoría simple en la votación llevada por los miembros del Consejo Nacional Transitorio (CNT), una declaración dirigida a los perdedores de la guerra civil que ha sufrido Libia que viven desplazados en casas de familiares, en tiendas de campaña o bases militares abandonadas.
La herencia de la revolución son unas trescientas milicias que pese a las órdenes del CNT de momento siguen sin entregar sus armas. Trípoli ha sido escenario de al menos dos enfrentamientos entre grupos rebeldes en las últimas 48 horas. El objetivo de crear un Ejército nacional está sobre la mesa, pero parece algo lejano debido a las rencillas entre comandantes que una vez desaparecido el enemigo común que les unía, Muamar Gadafi, se han lanzado a tomarse la justicia por su mano.
Formado en EE.UU.
La madrugada del lunes fue escenario de un feroz enfrentamiento entre milicias rebeldes en la capital, todo un aviso que llegó a las pocas horas del final oficial de la misión de la OTAN. Un grupo de combatientes de Zintán, ciudad de las montañas de Nafusa cuyo papel fue clave en la toma de la capital, abrieron fuego contra milicianos de la Brigada Trípoli que custodiaban el Hospital Central y que se negaron a dejarles pasar para ejecutar a un paciente. Al menos dos rebeldes perdieron la vida y otros siete resultaron heridos tras este incidente que puso de manifiesto la falta de ley y orden que sufre un país en manos de unas brigadas paramilitares en la que hay miles de soldados que desertaron del antiguo Ejército, pero también muchos elementos salafistas que recelan de los ex militares.
Elkib es ingeniero eléctrico de formación y obtuvo su licenciatura en la Universidad de Trípoli en 1973. Desde entonces ha vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos, donde formó parte de la revolución a través de la financiación de los grupos de mercenarios que se oponían a Gadafi. Su elección fue toda una sorpresa ya que todas las quinielas apuntaban al ministro de petróleo del CNT, Alí Tarhouni.
El nuevo primer ministro, Abdelrahim Elkib, pertenece a una familia millonaria de la capital
MIKEL AYESTARAN
01/11/2011
AP
El nuevo primer ministro habla en Trípoli
Libia cuenta con un nuevo primer ministro que tiene por delante la misión de resolver los problemas a los que se enfrenta la nueva era que empieza en el país después de 42 años de dictadura. Los enfrentamientos entre milicias rebeldes y los excesos cometidos en los feudos gadafistas como Sirte, Bani Walid o Tawarga han dado la bienvenida a Abdelrahim Elkib, miembro de una familia millonaria de Trípoli que controla el mercado de la seda.
«Estamos implicados en la construcción de una nación respetuosa con los derechos del hombre y que no aceptará violaciones de los mismos», señaló el nuevo primer ministro nada más conocer su victoria pormayoría simple en la votación llevada por los miembros del Consejo Nacional Transitorio (CNT), una declaración dirigida a los perdedores de la guerra civil que ha sufrido Libia que viven desplazados en casas de familiares, en tiendas de campaña o bases militares abandonadas.
La herencia de la revolución son unas trescientas milicias que pese a las órdenes del CNT de momento siguen sin entregar sus armas. Trípoli ha sido escenario de al menos dos enfrentamientos entre grupos rebeldes en las últimas 48 horas. El objetivo de crear un Ejército nacional está sobre la mesa, pero parece algo lejano debido a las rencillas entre comandantes que una vez desaparecido el enemigo común que les unía, Muamar Gadafi, se han lanzado a tomarse la justicia por su mano.
Formado en EE.UU.
La madrugada del lunes fue escenario de un feroz enfrentamiento entre milicias rebeldes en la capital, todo un aviso que llegó a las pocas horas del final oficial de la misión de la OTAN. Un grupo de combatientes de Zintán, ciudad de las montañas de Nafusa cuyo papel fue clave en la toma de la capital, abrieron fuego contra milicianos de la Brigada Trípoli que custodiaban el Hospital Central y que se negaron a dejarles pasar para ejecutar a un paciente. Al menos dos rebeldes perdieron la vida y otros siete resultaron heridos tras este incidente que puso de manifiesto la falta de ley y orden que sufre un país en manos de unas brigadas paramilitares en la que hay miles de soldados que desertaron del antiguo Ejército, pero también muchos elementos salafistas que recelan de los ex militares.
Elkib es ingeniero eléctrico de formación y obtuvo su licenciatura en la Universidad de Trípoli en 1973. Desde entonces ha vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos, donde formó parte de la revolución a través de la financiación de los grupos de mercenarios que se oponían a Gadafi. Su elección fue toda una sorpresa ya que todas las quinielas apuntaban al ministro de petróleo del CNT, Alí Tarhouni.
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