Luego de que fuera refugio del narcotráfico por 30 años, la favela más grande de Río de Janeiro fue pacificada y se encuentra en control de las fuerzas de seguridad. “Espero que cuando acabe la Copa del Mundo no se olviden de nosotros”, dijo un líder comunal.
El líder comunitario Raimundo Benicio de Sousa, conocido como “Lima”, acompañó a las fuerzas policiales durante todo el operativo. Es realista y sabe que se debe a las competencias globales que Brasil hospedará, pero aún así lanzó sus esperanzas.
”Esperamos que la pacificación no sea sólo echar a los traficantes de la droga, sino que traiga saneamiento, educación, salud y vivienda”, declaró el hombre de 56 años.
“Estamos con miedo, no sabemos lo que va a suceder. Yo he orado mucho”, dijo Lima, y agregó: “Sólo espero que cuando acabe la Copa del Mundo no se olviden de nosotros”.
“Queremos ser tratados con dignidad, con respeto, que los que hayan cometido delitos vayan presos pero no sean asesinados por la policia”, indicó, en tanto, el titular del Movimiento Popular de Favelas, William de Oliveira.
Finalmente, Carlos Alberto, vecino de 51 años, declaró que “la llegada de la UPP va a ser positiva para las nuevas generaciones para que se acabe el narcotráfico”.
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