Acusaciones cruzadas entre Argentina y Gran Bretaña, ayer por la noche, debido a la presencia del príncipe William en las Islas Malvinas.
Según publicó hoy el diario inglés, ‘Mail Online’, “Los comentarios provocaron furia en Westminster, cuyos funcionarios manifestaron que ‘están profundamente equivocados’”.
El duque de Cambridge viajará al Atlántico Sur para una visita de rutina, poco antes del 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas, su mujer, Kate Middleton, no lo acompañará.
Además agregan en la nota, “Pero Argentina, reclama la soberanía sobre las Islas siendo ésta, una medida de ‘un acto político’”.
El embajador argentino, Sebastián Brugo Marcó, Director General de Malvinas y Atlántico Sur en La Cancillería Argentina dijo que: “Es imposible pasar por alto el aspecto político de esta operación militar teniendo en cuenta que el Príncipe forma parte de la familia real. Este es otro acto de provocación por parte de Gran Bretaña con su presencia militar en una zona tranquila donde no hay conflicto armado”.
Los políticos británicos advirtieron que “Argentina deje de inmiscuirse en los asuntos británicos”. El secretario de Defensa, Jim Murphy, dijo que “El Reino Unido sólo decide a quién enviar al extranjero, cuándo y dónde”.
El funcionario Tory Patrick Mercer, un ex oficial del ejército que sirvió en Bosnia e Irlanda del Norte, agregó que “no puedo entender por qué esto es provocativo. Ciertamente, no es tan provocadora como la invasión de las Islas Malvinas en 1982. Se me escapa por completo el por qué un gobierno extranjero considera los movimientos del príncipe William”.
Y su compañero, el diputado conservador Rory Stewart, agregó que “Williams también sirvió en el ejército y los comentarios fueron profundamente imprudentes y equivocados. Y que, no puede haber acto de provocación en suelo británico”.
El Ministerio de Defensa subrayó que “se trata de un despliegue de rutina y Guillermo estará de regreso en Gran Bretaña mucho antes del aniversario de la invasión del 2 de abril”.
Desde el Palacio de St. James se negaron a comentar sobre las declaraciones del gobierno argentino.
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