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viernes, 18 de noviembre de 2011

Condenado injustamente.


Estuvo tres años condenado injustamente y además, la Provincia lo discrimina por tener HIV
  
Estuvo preso en la Unidad 9, donde se contagió el virus.
El 31 de diciembre del 2007, en vísperas de la celebración de Año Nuevo, personal de la Policía ingresó a su vivienda con una denuncia en su contra. Fue trasladado a la DDI de La Plata, sin oponer resistencia pero desconociendo las razones de su arresto.

Desde esa dependencia, fue llevado a la Comisaría Primera de Berisso donde estuvo detenido por siete meses y luego fue remitido a la Unidad 9, una de las cárceles más peligrosas de la Provincia.

Esta persona, cuya identidad será reservada por pedido personal del implicado, narró a NOVA, la terrible historia que vivió desde aquella tarde-noche del 2007.

“Tenía fecha de juicio para febrero de 2012. Me adelantan la fecha, voy a juicio el 21 y 22, en el que me absuelven de la causa de Abuso Sexual. Me denunció mi ex mujer, contra mis hijas, con acceso carnal y demás yerbas que le agregan ellos. Una causa muy jodida, de las que el 99,9 por ciento de los casos es condenable. Es una condena que arranca de los 8 a los 25 años. Si yo hubiese tenido algún tipo de culpabilidad, hoy no estaría acá”, explicó.

Además, agregó: “La causa fue inventada por mi ex esposa, no teníamos una buena relación. Me veía que estaba con mi actual pareja, con los chicos y no le gustaba nada. Mi ex pareja actualmente vive con una mujer, se hizo lesbiana. El 15 de diciembre tuvimos una discusión por la tenencia de las nenas en las fiestas. El 17 me hizo la denuncia y el 31 me metieron preso”.

Una vez fuera de la cárcel este hombre realizó todos los trámites correspondientes para ser reincorporado al Servicio Penitenciario donde trabajaba en la Escuela de Cadetes como cocinero.

“En agosto mi mamá me pide donar sangre para una persona. La última vez que lo había hecho fue entre el 25 y 28 de septiembre del 2007. A mí me detienen en diciembre de ese año. Lo cual cuando uno dona sangre te hacen unos estudios. En ese entonces no salió nada, yo estaba sano. En agosto voy a donar sangre, y me llaman del Banco de Sangre y ahí me informan que yo me contagié el virus de HIV. Me lo contagié dentro de la Unidad. Cuando me entero de esto, mi esposa se hace los estudios y también le sale positivo. Se lo informo a mi jefe. Voy a que me hagan la contraprueba y me salió mal de nuevo”, se lamentó entre lágrimas, no dejando de poder creer lo que le estaba sucediendo.

Consultado por NOVA acerca de cómo se contagió el virus de HIV, explicó: “De la única forma que yo me pude haber contagiado es adentro de la Unidad 9, cuando me hicieron extracciones dentales con los instrumentos que no estaban bien esterilizados. Había una pinza para 20 internos. Puede haber otras personas en mis condiciones y no lo saben”.

Seguidamente, este hombre le informó sobre su condición al subdirector. De un día para el otro lo echan del área de la cocina y lo incorporan en mantenimiento, donde tiene que cortar el pasto de toda la Escuela de Cadetes.

“Al otro día les dije que quería volver a la cocina. Pasaron los días y me llega una notificación de Jefatura que me tenía que presentar con el director general de Recursos Humanos, Eidos. Ahí me informan que el director de la Escuela, de apellido Ríos, me despide”, aseguró.

Según denunció, la decisión de su retiro corrió por cuenta de la jefa del área de mantenimiento, Ferreyra, quien no quería hacerse responsable de nada por la enfermedad que padecía el denunciante.

“Cuando el director se entera que tengo HIV me echan del trabajo. A eso lo llamo discriminación. Fui al INADI y también tengo un abogado para iniciar toda la denuncia a la Provincia”, confirmó a este medio.

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