Los hombres irrumpieron en el lugar amenazando al personal médico y pacientes que esperaban ser atendidos. Al parece buscaban psicofármacos.
La médica fue llevada a una sala contigua donde uno de los delincuentes intentó violarla. Le rompió el ambo de trabajo y el corpiño. Le apuntó en la cabeza con una pistola y le ordenó que le practicara sexo oral.
“Me decía que le diera la ‘pasta’ y yo intuía que era un psicotrópico de los que ellos usan para drogarse. Estaba exaltado, estimo que drogado. Con el arma de fuego, me apuntó a la cabeza: pensé que me mataba”, dijo Silvia.
Pero en ese momento, un chofer de ambulancia dejó caer al suelo un maletín, y puso muy nerviosos a los delincuentes quienes finalmente decidieron huir.
Pereyra se encuentra con asistencia psicológica y médica por estas horas, ya que se sufrió una crisis nerviosa y algunos traumatismos.
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