Sergio Burstein y la mentira narcokirchnerista.

Sergio Burstein fue quien denunció una intervención en su teléfono y detonó la causa de las Escuchas Ilegales que al día de hoy mantiene procesado al futuro presidente, Mauricio Macri. Pero para poder formar parte de la querella de la causa AMIA, falseó su estado civil. El rol de Nisman, una de las claves.

El fiscal federal Jorge Di Lello planea resolver en breve si el presidente electo, Mauricio Macri, debe ir a juicio o no en la denominada causa por las “escuchas ilegales”. Di Lello explicó que el juez federal Sebastián Casanello le envió la “causa en vista” para que se pronuncie si corresponde “elevar a juicio, sobreseer o pedir más pruebas”. Y en declaraciones a los medios indicó que “mi idea es que el dictamen esté terminado entre el jueves y viernes porque por una cuestión institucional, el presidente electo debe tener una situación clara de su posición jurídica”.

Ahora bien, además de Macri, otros nueve procesados entre los que se cuentan al ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge Fino Palacios y al ex agente de Inteligencia Gerardo Ciro James, aguardan por su suerte. En este marco,  en charla exclusiva con la abogada defensora de James, Valeria Corbacho quien aportó datos claves en torno a la persona que disparó el inicio de la causa; el titular de la Asociación de Victimas de Familiares de la Amia, Sergio Burstein.

Es que, según se pudo comprobar, Burstein se constituyó como querellante en la causa que investigaba el atentado de manera ilegítima. “Burstein ya estaba divorciado de quien era su esposa, Rita Worona y sus hijos eran ya mayores de edad, por lo que de ninguna manera se justifica su constitución. El ya no tenía vínculo con su ex mujer y sus hijos no necesitaban que los represente para concurrir a la justicia”, explica Corbacho

En el documento consta el pedido de Burstein para ser querellante en la causa AMIA, al que le hace lugar el juez Ballesteros.

“Si Burstein no estaba constituído como querellante en la causa Amia, de ninguna manera hubiese habilitado la intervención del fiscal Nisman –a cargo de la UFI Amia- que en aquel entonces procesó a Macri y amplió el procesamiento de Palacios porque la causa Amia y la causa Escuchas quedaban vinculadas a través de Burstein”; detalla Corbacho.

Es que la causa Escuchas fue la que comenzó a poner sobre el tapete el verdadero rol e injerencia de los servicios de Inteligencia en el país. Mucho antes de que nombres como Proyecto X, Nisman o Stiuso se volviesen populares.

Por si faltaran suspicacias, el magistrado que en su momento constituyó como querellante a Burstein es el actual juez de la Sala 1 de la Cámara Federal Jorge Ballestero, quien en su momento resolvió no sobreseer a Macri ni al resto de los investigados.

“Este es el testigo que pretenden que ponga en jaque a un futuro jefe de Estado”, se quejó Corbacho al momento de subrayar que cuando ocurrió la presentación de Burstein como querellante, no solo estaba divorciado sino que convivía con su actual mujer, Dora Viotti. “No tenía ningún derecho para presentarse como víctima pero lo hizo a sabiendas y de esa manera hizo política con las víctimas de la Amia.

El entramado con el cual durante años Burstein se constituyó como una víctima y como una figura política en torno a la causa que busca esclarecer el atentado más sangriento que se perpetró en suelo argentino comenzó a dilucidarse cuando éste concurrió a declarar en el marco de la denominada causa Amia 2 que investiga el encubrimiento y entre otros a el ex juez Galeano, los fiscales Mullen y Barbachia, Telleldín y Beraja. Allí, se corroboró que los hijos de Burstein nacieron el 16 de octubre de 1974 y el 2 de octubre del 1976 respectivamente.

“Este Burstein que falsea su relación con su ex esposa para ser querellante es el mismo que ahora pretende falsear que existió una llamada en su domicilio advirtiéndole sobre una pinchadura en su teléfono ordenada por Fino Palacios”, se queja Corbacho y recuerda que mientras tanto la causa Amia original sigue estancada y “Nisman no puede desmentir o aseverar los dichos de Burstein simplemente porque está muerto”.

Corbacho pone el énfasis en la llamada ya que nunca se pudo comprobar la existencia de una comunicación a la casa de Burstein advirtiéndole sobre una intervención telefónica.

Es que los tickets que se retiraron del locutorio desde el cual partió la llamada que disparó la causa no muestran el número de la casa de los Burstein, muestran un número que difiere en una cifra y que corresponde a una mujer domiciliada en Caballito. “Los tickets no coinciden, en la casa de los Burstein nunca se pidió el identificador de llamadas para tratar de realizar el cotejo inverso. Tampoco se peritaron las máquinas del locutorio. Todo lo cual consta en el expediente. Es una causa armada”, afirma la letrada finalmente.

Ahora, la abogada prepara la instrucción complementaria donde solicitará peritajes que abarcan a las empresas Iplan, Telefónica y Nextel y que buscaran además identificar origen de las llamadas que ingresaban al domicilio del denunciante Burstein. Y pedirá la identificación del personal de la Oficina de Observaciones Judiciales conocida como Ojota para buscar dilucidar quién dio la orden que disparó la llamada que originó la causa.